“Somos el país dentro del país…”
El Güero tiene 13 años, trabaja como albañil y vive en una de las zonas más violentas de Monterrey. Está enamorado de los ojos de gata de Lina y es parte de la pandilla los Rats.
El Güero se enfrena a la búsqueda de sí mismo en un entorno donde la vida se manifiesta de forma vertiginosa, llevándolo a tomar decisiones que marcarán todo su entorno.
Una prosa ágil, corta y llena de matices es la que muestra Luis Felipe Lomelí en Indio Borrado, novela publicada en Tusquets Editores. Este texto conjuga una temática actual, la violencia, con ecos de la construcción de una ciudad y la marca de las diferencias sociales que en ella conviven.
Los marginados son los protagonistas de luchas territoriales que se llevan a cabo en las limítrofes de esta ciudad que sigue creciendo; son ellos quienes aparecen colgados en puentes para demostrar al otro quien es el más fuerte. La ley de una selva de asfalto, donde sobrevive el que tiene la mejor arma y sabe dispararla sin miedo.
No hay tiempo para reflexionar del paso de la niñez a la adultez, la adolescencia ni siquiera es un suspiro. El Güero tiene que cuidar a su mamá, a su hermana y a su sobrino, echar de su vida a su padre, fuente de maltratos, ira y rencor. La única opción verdadera que se le presenta es crecer, a la fuerza y sin miramiento.
Hay algo mágico en las reflexiones de El Güero, los consejos de su tío Absalón que recuerdan a las enseñanzas del Don Juan de Carlos Castaneda, pensamientos acompañados de fantasmas que lo prepararán para afrontar su confusa realidad.
Indio Borrado es tal vez, la historia de muchos “olvidados” en la actualidad. Es un retrato del mundo pandillero que surge bajo la premisa de proteger lo poco que se hereda: el territorio.
Luis Felipe Lomelí entrega un imaginario coloquial, cruento y desolador, el cual mantendrá en vilo al lector hasta llegar al último párrafo.