En algún rincón de la colonia San Pablo Tepetlapa, en la Delegación Coyoacán, se esconde el Museo Anahuacalli, la única pirámide del siglo 20 diseñada por uno de los creadores más importantes de México: el muralista Diego Rivera.
Como es costumbre desde hace varios años, el museo tendrá una ofrenda de Día de Muertos en homenaje al pintor, que esta vez fue realizada por la artista plástica Betsabeé Romero, quien escogió como temática la migración, uno de los fenómenos sociales más impactantes de la actualidad. La ofrenda, que lleva por nombre Ídolos frente a los altares, abre al público a partir del 23 de octubre.
El nombre de la ofrenda se basa en el libro de la antropóloga Anita Brenner, Ídolos tras los altares, obra literaria que parte de la práctica indígena –en el periodo colonial– de culto a sus dioses prehispánicos, agazapados tras los altares cristianos.
“Es también una crítica a la doble moral que hemos heredado desde la colonia en cuanto a nuestros valores, a la moral que lleva incluso la religión, y que en este caso como artista quiero revelar y cambiar al primer plano a los ídolos”, explicó.
La intervención de la artista mexicana está compuesta por una serie de obras elaboradas, en su mayoría, con neumáticos reciclados de diferentes tamaños, chicles de colores, plumas y esculturas, además de haber manipulado ciertas piezas que forman parte de la colección permanente del museo, que en total cuenta con más de 56 mil.
“Las llantas representan el ojo de Tláloc por ejemplo; es el círculo, lo que es una forma atávica en muchísimas culturas y es el símbolo de la movilidad, el símbolo de la circulación, de la mentalidad en ciclos y no lineal, y en mi trabajo las llantas son muy emblemáticas, en especial en esta temática de la migración”.
Con más de 60 elementos dentro y fuera del recinto, la artista busca representar de manera contemporánea esta tradición que simboliza y representa a las culturas prehispánicas del país de una manera reflexiva, confrontando las problemáticas sociales que ocurren no sólo en México, sino en el planeta entero.
Una de las piezas montadas al exterior, que ya había sido expuesta anteriormente por la artista, sirve como un homenaje a la cultura huichol. “Es algo redondo, cíclico, con ventanas al cielo o con ventanas al mundo, que es una cultura de la que tenemos mucho que aprender. Lo que busco es traer el mensaje de que tenemos que respetarlos y darles sus espacios para que realicen sus rituales. Incluso ahorita están en peligro por las minas canadienses, que no les permiten entrar a sus espacios ceremoniales en Wirikuta”, comentó. Las tres obras restantes, montadas en la explanada del museo, son piezas inéditas .
Como parte de la ofrenda, al interior del museo se exhiben llantas colgantes adornadas con simbologías relacionadas con la migración, sostienen cráneos de azúcar, alumbrados como candelabros en una gran mansión. Los pisos se engalanan con tapetes coloridos de aserrín con diseños originales de Betsabeé Romero, que representan al dios Quetzalcóatl, y que fueron elaborados por la comunidad del pueblo de La Candelaria, vecinos de la zona del museo. Arcos de flores de cempasúchil ornamentan las paredes del museo, dando cierto colorido a las penumbras volcánicas de la pirámide moderna, esto gracias a la contribución de los artesanos del pueblo de San Pablo Tepetlapa, quienes se ha adueñado moralmente del museo, según Betsabeé, pues estas costumbres se han llevado a cabo con ambas regiones desde hace ya 50 años.
Como parte de las actividades de Día de Muertos, se llevaran a cabo un concurso de máscaras, talleres de elaboración de alebrijes, danza folclórica y conciertos.
El Museo Anahuacalli está en Calle Museo 150, San Pablo Tepetlapa, en Coyoacán.
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