Uno de los principales retos al momento de comenzar un negocio creativo es la búsqueda de la primera inversión. El capital semilla que permita el nacimiento de la empresa. Conseguir este capital será tan fácil o difícil, según el modelo de negocios empleado, así como el pronóstico del tiempo en que se recuperará la inversión y lo atractivo de la idea en marcha. Para facilitar dicho trabajo las empresas creativas, gracias a los medios digitales y a la economía colaborativa, disponen de más modelos de financiamiento que las empresas convencionales. De esta forma, sólo basta saber plasmar por escrito el monto inicial del proyecto para saber qué método es el más adecuado para comenzar el fondeo.
Así, las formas más viables para comenzar el primer fondeo del proyecto, son las siguientes:
Autofinanciamiento: A diferencia de las empresas tradicionales, cuyos montos de inversión inician en su mayoría desde los $100,000.00 pesos, los emprendimientos creativos pueden recurrir al autofinanciamiento siempre y cuando sus inversiones sean bajas. Recomendable para comenzar un despacho de diseño o pop-ups gastronómicos itinerantes. Financiar un proyecto con dinero propio no sólo lo librará de posibles endeudamientos, sino que tampoco lo comprometerá a repartos de utilidades constantes.
Crowdfunding: El miedo a emprender disminuye cuando contagiamos el entusiasmo del negocio a posibles inversionistas que buscan impulsar ideas que impacten, ya sea en su localidad o en otras comunidades. Cualquier tipo de emprendimiento creativo es susceptible a ser apoyado económicamente, cuando éste demuestra ayudar (no olvidemos que generar empleos, es eso). En Latinoamérica existen fondeadora.com e idea.me, pero también puede internacionalizarse el proyecto y llegar a plataformas cuya inversión es en dólares como kickstarter.com, indiegogo.com, rockethub.com, etc.
Fiestas de fondeo: Brindarle al proyecto un branding dinámico puede ayudarnos a crear fiestas de pre-lanzamiento, que atraigan a gente que fondee in situ, o que paguen por una entrada. Así, una fiesta puede ser un complemento en el que puede recaudarse una importante suma que ayude a minimizar el monto inicial de inversión.
Sociedades de inversión: Un emprendimiento creativo puede replicar el modelo de fondeo de las empresas tradicionales, persuadiendo a conocidos en invertir en el proyecto, y devolverles la inversión en un determinado periodo de tiempo. Una presentación atractiva de la mano de una cena, pueden ser tus mejores aliados para alcanzar el número de inversionistas necesarios.
Préstamos: Un préstamo debería ser la última opción de fondeo. Desafortunadamente, los emprendimientos creativos aún representan un gran riesgo para las instituciones bancarias en México, al no existir aún instrumentos de medición tangibles para el retorno de inversión; y a veces, someterse a los lineamientos y altos intereses por mora pueden representar un suicidio para una empresa naciente. Afortunadamente, en México han nacido plataformas como prestadero.com, donde los rendimientos que genere el proyecto, podrían considerarse como los intereses a pagar por los benefactores. Una combinación de préstamo bancario y crowdfunding que podría ser una excelente alternativa para montos altos de inversión.
Por último, es importante saber el punto de equilibrio del proyecto, así como generar pronósticos de ventas a los cuales apegarnos, para motivar al equipo de trabajo (o a uno mismo) a alcanzar metas financieras que nos ayuden a recuperar la inversión inicial y posteriormente, generar ganancias.
Que el dinero no nos detenga.