El mundo de los sueños es y ha sido un enigma por generaciones. Las interpretaciones de psicoanalistas como Sigmund Freud y el psiquiatra y psicólogo Carl Jung nos ayudaron de cierta manera a comprender el acontecimiento onírico que sucede noche tras noche, aunque a veces seamos incapaces de recordarlo. A diferencia de Freud, Jung consideraba que las imágenes en los sueños no revelaban deseos reprimidos, sino que buscaban ofrecer un significado más profundo, además de considerar que el acto de dormir y soñar tiene una función compensadora y educativa.
Para el artista plástico Rubén Maya, egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, el mundo de los sueños es algo que deberíamos comprender para poder conocernos mejor, como seres vivos que poseen el don de crear ambientes imaginarios, en vez de ver al sueño como algo cotidiano y sin sentido.
En su nueva instalación en la Sala Salvador Novo del Museo de la Ciudad de México, titulada Psico-seres de acción onírica, el artista busca un encuentro con el lado oscuro que todos poseemos, a través de seres de fisionomía fantasmagórica y fosforescente que cobran vida al ser expuestos a la oscuridad.
Las teorías de Jung sobre el sueño sirven como fundamento en esta obra, pues señalan diversos arquetipos como el animus, que es el lado femenino del objeto que consta de la intuición y la creatividad, y el anima, el lado masculino, que se inclina al lado racional de las cosas. La sombra es un enigma pues representa cualidades y atributos desconocidos o poco conocidos del ego, tanto individuales (incluso conscientes) como colectivos. Por lo tanto, la instalación retoma estos arquetipos convirtiéndolos en seres que en la oscuridad toman ambas partes, masculina y femenina, creando un espejo que refleja los temores de las personas.
El recorrido por el espacio museístico, transformado en una atmósfera onírica y espacial, se complementa con una pieza sonora grabada por la voz del artista, un loop de mantras tibetanos que sumerge aún más al espectador en el mundo misterioso de los sueños.
Maya explica que los mantras simbolizan el resultado tras tener una sesión con un psicólogo, pues en la sesión el especialista revela el porqué del comportamiento o pensamiento que está causando el conflicto en el paciente. Por lo tanto, sí se tiene claro el porqué, los problemas podrán ser corregidos, y así el mantra al ser repetido constantemente toma la postura de la respuesta que sanará el conflicto.
El estudio de la mente y de la conducta permite un entendimiento más profundo de las culturas y la sociedad de la que formamos parte, exponiendo al ser humano a sus propios miedos, deseos y verdades. Es por esto que la obra de Rubén Maya es tan importante en una época considerada como La era del vacío, por el filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky, quien cataloga a esta era como una que vive tan alejada de la rebelión y el disentimiento y se ve enfocada solamente en el yo, haciendo de ella una sociedad postmoderna y egoísta, consolada por el consumismo.
Psico-seres de acción onírica forma parte de las más de 80 exposiciones individuales que ha realizado el artista mexicano, que han resultado en varios premios nacionales así como internacionales. La muestra permanecerá abierta al público hasta el 13 de noviembre en el recinto del Centro Histórico.