por Gerardo López
A partir de la obra Coriolano, de William Shakespeare, el dramaturgo Bertolt Brecht y el escritor Günther Grass hicieron sus propias versiones. La Compañía Nacional de Teatro (CNT) las reúne en el proyecto Trilogía Coriolano, el cual establece una línea histórica de la dramaturgia, que inicia en el siglo XVI y termina en el siglo XX.
Las obras fueron traducidas por Otto Minera y llevadas a escena por tres directores con distintas maneras de entender el teatro: David Olguín, Alberto Villarreal y Martín Acosta. Los tres dirigirán a un mismo elenco en sus respectivas propuestas, contando con el diseño escenográfico de Jorge Ballina.
Basándose en las narraciones de dos historiadores pertenecientes al mundo grecolatino: Tito Livio y Plutarco, Shakespeare escribió su tragedia Coriolanus (1608), que consta de cinco líneas de acción que tejen la historia: la guerra entre la naciente república de Roma y el estado de los Volscos; la intensa rivalidad entre sus dos líderes: Coriolano y Aufidio; las luchas por el poder político de Roma; la convulsión familiar de Coriolano; y la batalla interna de un héroe cuya soberbia y orgullo son de proporciones monstruosas.
Dicha adaptación –Coriolano I- será dirigida por David Olguín y se estrenará en el Festival Internacional Cervantino el 9 y 10 de octubre, con motivo del 450 aniversario del natalicio de Shakespeare. Posteriormente, se presentará en el Teatro Jiménez Rueda en la Ciudad de México, del 16 al 19 de octubre y del 13 al 16 de noviembre.
Respecto al contenido, Olguín la calificó como la obra más política del dramaturgo inglés, resaltando la lucha de clases y la conflagración cercana a la quiebra del Estado romano.
“Shakespeare prácticamente pone en blanco y negro y de manera radical a dos bandos: están los patricios por un lado; el senado, y por otro los plebeyos. Podríamos evocar a Cervantes cuando dice aquello de: ‘al rico llaman honrado porque tiene que comer’; prácticamente el drama de los plebeyos en el momento en que se levantan en armas y están en insurrección; es hambre”, comentó.
La política juega el papel principal como “mecanismo autoritario”, debido a los conflictos que rebasan los intereses de Estado y se vuelven hacia las voluntades individuales. La razón de Estado se vuelve pasión. Es por eso que la política deja de ser un asunto de visiones y pasa a ser “el arte del diablo” por la confrontación de intereses.
Es inevitable relacionarlo en un contexto contemporáneo, motivo por el cual David Olguín mencionó: “Todo lo que he visto de este país, desde nuestras dificultades para construir una democracia en el aquí y en el ahora; pues bueno, en el capitolio romano sin duda traerá muchas evocaciones de Reforma e Insurgentes; nuestro senado, y también de San Lázaro. Es decir, es un retrato de caciques impunes y manipuladores que envilecen a su pueblo”.
En cuanto al Coriolano (1951-1953) de Brecht –el cual dejó inconcluso por su muerte-, se ubica en el contexto de las mafias y el consecuente choque entre fuerzas por el control de un territorio donde los ciudadanos no importan. La idea del teatro develándose a sí mismo como un mecanismo de ficción; la introducción de una ruptura proveniente de la ensayística brechtiana, y la reflexión sobre la dificultad de decir la verdad, son parte del montaje que introducirá al espectador al conflicto de Coriolano, poniendo en discusión lo que acontece en el país.
Dirigida por Alberto Villarreal, la pieza teatral –Coriolano II– presenta la ruptura de Roma por la violenta lucha entre sus miembros más ricos para obtener el control de la organización. “El sentir realmente lo contemporáneo de un clásico, que con esta enorme capacidad de la humanidad de repetirse constantemente y de que sean nuevas estructuras; somos sencillamente lo mismo, la repetición de los mismos errores y procesos históricos. Ha sido algo enormemente inspirador, pero al mismo tiempo brutal en la creación de esta obra. Para mí es un honor especial el haber sido llamado a dirigirla junto a grandes personalidades del teatro”, destacó Villarreal.
Se trata de la primera vez que Villarreal colabora con la CNT y que trabaja con la obra de un dramaturgo de dimensiones “monstruosas” como lo es Bertolt Brecht. Lo importante fue establecer una conversación con él, estableciendo un método “lo más brechtianamente posible”, que se liga con la contemporaneidad.
La decisión fundamental fue trabajar a partir de las siguientes preguntas: ¿Qué es Roma? ¿Qué son las ciudades donde se arma la guerra?, para llegar finalmente a la conclusión de que el tema principal es “la conformación del sistema de poder, transmitiendo la concentración del poder y dominio a las mafias contemporáneas”, dijo.
“No tiene esto que ver con el narcotráfico, con los cárteles, de lo cual todos estamos familiarizados, sino con el gran sentido de las mafias que controlan al mundo a escala mundial y que incluso tienen mucho más poder que los gobiernos, que las ciudades, o que los mismos cárteles en ciertas ocasiones”, enfatizó el joven dramaturgo.
Las funciones de esta obra tendrán lugar en el Teatro Jiménez Rueda del 16 al 31 de agosto, el 27 y 28 de septiembre, al igual que del 23 al 26 de octubre, concluyendo con las fechas del 20 al 23 de noviembre.
No tantos años después de Brecht, Günther Grass escribió su obra Los plebeyos ensayan la insurrección (1966), la cual recrea un hecho histórico: la primera insurrección obrera en un país comunista –Alemania Oriental (1953)-, llevándola a irrumpir en el escenario de un teatro berlinés. La intención de Grass es la de confrontar al creador y su obra, en este caso Brecht y su adaptación, con la dura realidad.
En una referencia muy clara a un hecho histórico que tiene muchos puntos de vista, Grass convierte en ficción la historia de un Bertolt Brecht muy comprometido que se niega a apoyar a un grupo de trabajadores que piden su ayuda en contra del gobierno alemán. El artista se debate entre la convicción ideológica y la trágica rueda de la historia. De esa manera, se establece una relación entre el creador del teatro dialéctico y el Coriolano de Shakespeare, un personaje que no sabe adular ni tomar partido.
“A diferencia de Brecht, Günther Grass renuncia a la teatralidad y a la espectacularidad en aras de desentrañar el corazón de una persona, en este caso un artista en un momento sumamente crítico, en un momento en que se plantea el sentido de su trabajo y el sentido de su vida”, comentó el director de esta versión, Martín Acosta.
El argumento se edifica con base en un hecho histórico que pocos saben. Un grupo de trabajadores buscan auxilio en Brecht, puesto que es marxista y, sin embargo, se negó a firmar cartas. Esto lo sabe Grass y por eso decide profundizar sobre el hecho, provocando una reflexión sobre el sentido del arte y su responsabilidad sobre los hechos sociales.
Acosta califica a la pieza como un ensayo que alza las preguntas: ¿Para quién trabaja el artista? ¿Y qué es lo que sostenemos? ¿Qué pasa cuando el arte está supeditado al sistema? ¿Para quién es el trabajo si no es para el público que lo demanda?
Coriolano III se presentará en el Teatro Jiménez Rueda a partir del 6 al 21 de septiembre, del 30 de octubre al 2 de noviembre y del 27 al 30 del mismo mes.
Entrada general: $150.00
Jueves al teatro: $30.00
Gente de teatro: $45.00
50% de descuento con credencial de maestro, estudiante e INAPAM vigente
Informes: pú[email protected]