Don Quijote de la Mancha, el famoso personaje de Miguel de Cervantes de Saavedra, es mucho más que el protagonista de un libro gordo que pocos se han acercado a leer, pues tiene más en común con nosotros de lo que podemos imaginar. La compañía Perro Teatro AC lo demuestra con la obra Señor Quijote Mío, que se presenta en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes, sábados y domingos hasta el 26 de junio.
La puesta en escena forma parte del programa Cervantes 400, y se trata de una adaptación de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, a cargo de la dirección del escritor, director de escena y maestro de actuación y teoría dramática, Gilberto Guerrero. Durante 3 años se hacía la lectura dramatizada de la obra en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, pero ahora se dio la oportunidad de llevarla al escenario.
“No es una comedia, aunque es muy divertida, pero en realidad es una tragicomedia. Eso nos ayuda en la adaptación. La novela está armada a partir de episodios y la adaptación también. Cuando uno hace una adaptación, en realidad se debe decidir qué entra de todo ese mundo complejo y rico del ingenioso Don Quijote de la Mancha”, explicó Gilberto Guerrero.
Aunque se trata de un clásico, es una historia que combina con nuestros días, pues hoy los valores que alentaban al Ingenioso Hidalgo son considerados locuras.
“Cualquier parecido con nuestra realidad no es coincidencia. Nosotros pensamos que en esta adaptación el criterio tiene que ser cómo recuperar este espíritu de un hombre que lucha contra el individualismo, combatir a favor de los débiles; de pronto el Quijote asume que hacen falta caballeros andantes y dice ‘yo quiero ser uno porque veo muchas injusticias en el mundo’, es cuando él rompe la barrera entre la ficción y la realidad, que para nosotros es esencial”.
La historia la retoman cuando Don Quijote sale con su fiel compañero, Sancho Panza. “La mayor parte de la gente nunca ha leído Don Quijote de la Mancha, incluso los que dicen que lo han leído, pero en realidad todo mundo tiene referencias del Quijote, sobre todo visuales, todo mundo sabe de los molinos de viento”, comentó.
“Todas estas fantasías implican algo que para mí es esencial, que es la defensa de la utopía, de los mejores valores humanos, salir a defender causas que no necesariamente son las mías, sino porque es injusto, eso es Don Quijote de la Mancha y por eso es importante traerlo a nuestros días, porque efectivamente nuestros días son de profundo individualismo, debemos romper eso y ese es el punto esencial en donde el Quijote es necesario”.
De principio la obra no era para niños; sin embargo, también fue de su agrado y es por esto que está abierta para todo público. Además, la compañía juega en escena entre la comedia del arte y el clown. “A los niños les encanta porque hay muchos juegos. Primero hay que desmitificar, como si fuera una obra que nadie va a entender, y no es así, es una novela divertidísima, cuando mata a los borregos pensando que son moros y lo apedrean, uno lee eso y da tristeza pero también risa, hay que invitar a la gente que lo vea”.
Los personajes no se interpretan literalmente como un clown, sino que “se juega con una base de cara blanca y nariz roja”, explicó Martín Becerra, actor de la compañía Perro Teatro AC, aunque el personaje del Quijote lo tiene menos marcado. “Es una pincelada, no estamos recargados en la figura del clown, aunque el juego escénico muchas veces sí vamos al estilo del clown, al juego de las acciones físicas”, aseguró. La obra no se realiza en un tono realista, sino que es un juego para que las personas se acerquen de forma diferente a Don Quijote.
Las aventuras que retoma esta puesta en escena son: Los molinos de viento, Los monjes de san Benito, Caballero de los espejos, Maritornes y el arriero, El Bálsamo de Fierabrás, El encuentro con el barbero, mientras que en la segunda parte se muestran varias de las bromas que hacen los duques sobre Don Quijote y Sancho. En total el espectáculo tiene una duración de 1:20 horas.
“Yo quisiera que pensaran que la novela es divertida, tal vez hay un prejuicio, pero hay muchos episodios que son muy graciosos, como luchar contra un molino de viento, es como ver a charles Chaplin en la película Tiempos modernos. Resulta ser gracioso por cómo Cervantes lo resuelve al final”, dijo el director de la obra.
El montaje tuvo algunas modificaciones, cuentan con escenografía nueva y desde su entreno en el 2001, los actores han cambiado. “Yo siento que está mas ágil, mejor estructurada y más madura por supuesto”, puntualizó.
Abel Ignacio, actor que interpreta al Quijote, comentó que “interpretar teatralmente un Don Quijote creo que tiene un estigma, puedes ver algo desastroso al pensar en cómo se van a adaptar estos dos volúmenes en una hora y media, puede resultar un poco intimidante. Yo ni siquiera dimensioné eso, hasta que empezamos el montaje me di cuenta ‘este ya es un hombre de más de 50 años, ya está traqueteado y se va a hacer aventuras’ y empezamos a construir el personaje con el director. Hemos evolucionado nuestros personajes, que cada vez tienen algo más humano”.
Por su parte, Ortos Soyuz, quien interpreta a Sancho, aseguró que “a mí lo que me hizo fue preguntarme cómo vislumbro mi vida, pues estoy más cercano a la edad que tenía el Sancho y eso implica un gran reto, incluso ahora hay una mayor empatía”.
No te quedes con las ganas y ten un acercamiento diferente a la historia de Don Quijote, que más que ser difícil de comprender, puede resultar bastante entretenido. Te puedes encontrar con situaciones que te harán querer leer el libro para corroborar si en verdad está escrito lo que sucede en el escenario, y entonces comprobarás que Cervantes también tenía sentido del humor, el cual plasmó en sus obras.
“Debemos quitar el estigma de los clásicos. Shakespeare alburea y cuenta chistes en sus obras, yo quisiera que la gente pensara que los clásicos están más cerca de nosotros de lo que se imaginan, no están en pedestales; de alguna forma si los hemos puesto ahí es justamente porque puede tomarlos cualquiera, por eso son tan buenos, hay que tomarlos no encerrarlos en capillas inaccesibles”, expresó Guillermo Guerrero.
El elenco lo integran Abel Ignacio Hernández (Quijote), Ortos Soyuz (Sancho), Abril Pinedo (Ama, Duquesa) y Martín Becerra (Cura, Duque). La producción ejecutiva es de Ana Luisa Alfaro y Adolfo Cruz, la escenografía de Víctor Padilla, la iluminación de Juan Rico, el vestuario y atrezzo de Adolfo Cruz y la musicalización de Gilberto Guerrero. Los boletos tienen un costo de $120 y están a la venta a través de Ticketmaster y en las taquillas del Cenart.