Arte y Cultura

El Cervantino se prende con la intensa música de Kimmo Pohjonen, maestro del acordeón


por Gerardo López

@grardolpzlm

Originalidad, innovación, audacia y libertad musical fuera de las ataduras del academicismo por medio de la improvisación, conforman el sello distintivo del músico y compositor finlandés Kimmo Pohjonen (1964), quien se presentará en el 42 Festival Internacional Cervantino.

Su trayecto musical comienza desde que tenía diez años, cuando tocaba en una banda de música folklórica junto con su padre. Al principio no sentía una pasión por el acordeón, tocaba simplemente por el compromiso que tenía con su padre para no defraudarlo.

Posteriormente, entró a estudiar en la Academia Sibelius, institución de enseñanza superior de música situada en Helsinki, capital de Finlandia. Ahí se dio cuenta de que el sistema educacional oprimía su capacidad creativa, y optó por salirse para encontrar su propio camino.

“Creo que por primera vez sentí el acordeón después de 20 años. Tenía 30 cuando de verdad sentí el instrumento”, rememora el artista finlandés en entrevista vía Skype.

En Finlandia, el acordeón es visto como un instrumento soso, de “perdedores”; por eso Kimmo se sentía avergonzado de tocarlo. Sin embargo, más adelante encontró su conexión con el instrumento y se dio cuenta de que podía explotar su capacidad creando composiciones únicas.

“La clave para mí fue que hay una orquesta en un solo instrumento, así que quise usar mi propia orquesta para mis propósitos. Para mí, la palabra clave es la improvisación, mucha improvisación, y después, a través de la electrónica comencé a escuchar muchas cosas nuevas para el instrumento, fue algo iluminador acerca de ese mundo”.

En la música existe un espacio entre lo tradicional, lo popular y lo académico. Sin lugar a dudas, Kimmo Pohjonen se encuentra en dicho lugar; al menos él cree eso, lo que lo ha llevado a convertirse en una de las figuras más relevantes de la música contemporánea en todas sus variantes: folk, avant-garde, rock, electrónica y jazz, por mencionar algunas.

Sin perder la complejidad técnica y el toque melancólico del instrumento popular, logra manipular el uso de aplicaciones electrónicas con su imaginación creadora, transformándose en una feroz máquina musical que derriba cualquier frontera.

Ha colaborado con numerosos artistas de talla internacional para la creación de sus proyectos, entre los que destacan: KTU –colaboración con ex integrantes de King Crimson-, el dúo con el samplero islandés Samuli Kosminen para hacer ensamble con el Kronos Quartet, la reinvención de Jimi Hendrix en concierto, la propuesta Black Shadow con la bailarina y coreógrafa Minna Tervamäki, así como el Earth Machine Music, proyecto compuesto por conciertos en zonas rurales acompañado por granjeros locales con sus máquinas, herramientas y animales.

En realidad no importa qué terreno aborde Pohjonen, ya que su habilidad musical y los espectáculos de luz y sonido que lo acompañan le dan otro sentido a la palabra virtuosismo. Transgresor de etiquetas engañosas, en sus manos el acordeón se vuelve una caja de sorpresas, alucinaciones y maravillas.

El pasado 16 de agosto cumplió 50 años. Aún así no da señales de retirarse de la música. Es por eso que lo celebra con una serie de conciertos este año.

“Tuvimos un concierto hace unos días con el Kronos Quartet y compuse nueva música para ellos. También toqué con mis dos hijas que usan la guitarra y la batería, al igual que con unos amigos en Helsinki. Así que eso fue mi celebración. El próximo mes tocaré en la segunda ciudad más grande en Finlandia (Tampere), donde presentaré diez distintos proyectos. Habrá bailarines, músicos de folk, luchadores, máquinas… así que será algo agitado”.

Pohjonen cuenta que prefiere el invierno para componer, temporada que en su país abarca desde octubre hasta marzo.

“El proceso de composición para mí consiste en ir diario a mi espacio de trabajo. Improviso y toco horas y horas. Me grabo todo el tiempo. Cuando escucho algo interesante entonces desarrollo esas ideas, pero nunca escribo las notas porque me privaría de la libertad de interpretar la música como la voy sintiendo. La otra parte de la composición es la exploración del sonido del acordeón y esa es la parte complicada. Cuando encuentro un nuevo sampleo y nuevos efectos, a veces noto que el sonido va creando la composición”.

El finlandés menciona estar familiarizado con el uso del acordeón en la música mexicana, debido a que ha visitado con anterioridad el país, en especial la Plaza Garibaldi, donde presenció las presentaciones de conjuntos musicales. Además, reconoce la trayectoria del acordeonista tejano Leonardo “Flaco” Jiménez, quien utilizaba el acordeón diatónico.

El 16 de octubre se presentará en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, como parte de la programación de la 42 edición del Festival Internacional Cervantino.

“Se trata de un concierto solista. Voy a ir con mi diseñador de iluminación y de sonido. Como dije con anterioridad, ir solo a veces no significa que sea un solo instrumento. Utilizaré loops, sampleos y también material visual”, describió.

Así que su concierto en el FIC promete mucho a pesar de no venir con otras agrupaciones. Sus presentaciones en solitario han sido descritas como una “experiencia chamánica”, aunque también lo vinculan con el teatro experimental y el cabaret.

 

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