Vivir en las zonas poblacionales más densas de México conlleva convivir con cuerpos acuáticos altamente contaminados. ¿Quién no ha pasado por un lago o río con aguas turbias cubiertas por basura, que desprenden el característico hedor a huevo podrido?
La particular ubicación geográfica de nuestro país hace que tenga una importante porción de recursos naturales, en especial de agua dulce. El escaso o nulo cuidado que le damos a nuestro patrimonio natural lo ha puesto en peligro, hasta el punto de contaminar la mayor parte de los ríos nacionales —que se cuentan 85 aproximadamente—, ya sea por desecación, deforestación, sobreproducción agrícola o derrame de desechos tóxicos.
Uno de los fotógrafos más reconocidos en nuestro país, Eniac Martínez (1959), se ha sumado a una iniciativa para promover el cuidado del medio ambiente con su más reciente proyecto, Ríos.
Presentada en el Centro de la Imagen, la exposición se integra por 93 fotografías y un video que abordan la relación entre el ser humano y los ríos, delimitado por los aspectos sociales, culturales, económicos y ecológicos.
Estructurada por una visión documental, sin dejar de lado las exploraciones formales cercanas a la abstracción, la muestra presenta diversas imágenes que reflejan la complicada relación que tenemos con dichos cuerpos acuáticos: tanto en estabilidad como en desequilibrio con efectos negativos.
“En todos los proyectos fotográficos empiezo con una idea que es muy básica y bastante general. Entonces, lo primero que hice para el tema de los ríos fue meterme al Suchiate. Era importante sentir su caudal, sentir su fuerza”.
Recorriendo cada una de las fotografías, se encuentran escenas de la relación ritual que tienen algunos pueblos con el agua en festividades específicas; el esparcimiento y deleite de los habitantes al interactuar con el mismo; la descomunal fuerza de los desastres naturales protagonizados por el agua, así como la fragilidad del ser humano ante dichas catástrofes, así como la extraña belleza estética de los ríos contaminados.
Martínez, quien ha exhibido su obra en más de 50 exposiciones individuales y colectivas tanto en México como en el extranjero, resaltó la importancia de interesarse por esta problemática que tanto nos afecta y ante la que poco se ha hecho para contrarrestarla. Igualmente señaló que las reducidas iniciativas que se han llevado a cabo para el cuidado de los ríos han sido gracias a asociaciones civiles en vez de las autoridades gubernamentales, quienes tienen la responsabilidad de actuar por el bien de las comunidades.
“Fui a ver a los hombres de la Conagua (Comisión Nacional del Agua) porque tendrían la sabiduría sobre el tema, y les dije que quería hacer el recorrido que ellos hacían, y me respondieron que ellos no iban al río. Entonces pensé que de ahí viene el problema. O sea, a las mismas autoridades no les importa ir directamente al río y lo que hacen es realizar investigaciones extrañísimas con puros datos que nadie entiende y que no resuelve en nada la problemática”.
Además, criticó la corrupción alrededor del problema, ya que los funcionarios públicos permiten la contaminación de los ríos por parte de diversas industrias —como la refresquera—, que no muestran ninguna disposición ética.
“Es un desastre ecológico brutal que nomás no para, no para y no para”.
Ríos, que contiene el trabajo del autor durante los últimos seis años en los estados de Aguascalientes, Nuevo León, Veracruz, Nayarit, Oaxaca, Chiapas, Chihuahua, Tabasco, Sonora, San Luis Potosí, Puebla, Jalisco, Guerrero, Tamaulipas y la frontera con Guatemala, estará acompañada por actividades educativas para todo público. Una de ellas es el taller La voz del río, impartido por el biólogo Delfín Montañana y la especialista en arte público y sustentabilidad, Karla Sáenz, la cual busca generar un espacio donde se puedan compartir opiniones y reflexiones sobre las diferentes cuestiones ecológicas, sociales y artísticas.
Otra de las actividades, emplazada en una de las salas del recinto, consiste en crear un mensaje colectivo para darle voz al río por medio de la reflexión que evidencia la muestra, que estará disponible hasta el 10 de julio.
“(La exposición) tiene ese doble sentido. Por un lado, tiene esa estética sumamente llamativa y por otro lado hay un llamado de atención absolutamente serio a esta condición grave y peligrosa, que están afectando a los ríos en nuestro país”, comentó al respecto Itala Schmelz, directora del Centro de la Imagen.
Por eso, en cuanto al sentido estético de la exposición, se realizará un fotolibro publicado por Elefanta Editorial, el cual contiene tanto piezas dentro de la muestra como fuera de ella. El 30 de marzo se presentará mediante una charla entre Eniac y la periodista Magali Tercero. Sin embargo, el libro se encuentra a la venta desde su inauguración.
“Es muy difícil con una exposición fotográfica cambiar la mentalidad de la gente, pero digo, si no hacemos algo al respecto con un granito de arena pues nadie va a hacer nada”, resaltó el autor.