A partir de la confianza y el respeto, el fotógrafo brasileño Sérgio Guerra logró establecer una relación estrecha con los hereros de Angola, la cual le permitió entrar a sus casas, conocer de cerca sus rituales y descubrir situaciones que transformaron su vida.
El resultado de esta experiencia es una serie fotográfica que se expone en el Palacio de Minería, en la muestra Hereros. Pastores ancestrales de Angola, además de un documental que ya se está exhibiendo en festivales alrededor del mundo.
Guerra llegó con la comunidad de los hereros en 2008, aunque ya había tenido contacto con los Mukubais–uno de los cinco subgrupos en que se divide la tribu– en 1999. Si bien la experiencia no fue fácil, el ir libre de prejuicios le permitió adentrarse y conocer desde dentro a estos personajes, quienes le demostraron la sencillez de la vida, alejado de todas las comodidades que se viven desde un punto de vista occidental.
“Aprendí mucho. La primera cosa es que, si quieres mirar otra cultura, es necesario deshacerse de los prejuicios, de una lógica occidental en la que estamos presos. Me cambió la vida de una forma muy natural, una evolución a mi forma de ser y de estar en el mundo, mi forma de vestir, de trabajar; de darle prioridad a los asuntos de la vida; la importancia de la palabra y del lenguaje, que entendemos una misma cosa a través de la verdad”, cuenta Guerra.
Más que un safari fotográfico, Guerra deseaba establecer amistades. Fue así que, además, fundó una escuela que atiende a 70 niños de la comunidad y una especie de mercado para ofrecer productos con precio justo. El fotógrafo considera que esta es una manera de retribuir la generosidad que el pueblo ha tenido con él, al abrir sus puertas y dejarlo ser parte de la comunidad.
Entre los usos y costumbres de los hereros, se encuentra la práctica de la poligamia, el culto a la naturaleza y su relación con el agua. Esta comunidad ha superado obstáculos a lo largo de la historia, como resistirse a la esclavitud y la dominación alemana, la cual provocó el exterminio de más de 70 por ciento de su población. Asimismo, durante la Primera Guerra Mundial se utilizaron armas químicas en contra de ellos.
La exposición se ha presentado también en galerías y museos de Brasil, Italia y España, y recrea, a través de 60 imágenes, la vida de uno de los pueblos más antiguos de la historia, siendo el acervo fotográfico más grande del mundo en torno a este grupo social.
Además de capturar a través de su lente algunas de las manifestaciones rituales, como la circuncisión a los niños, Guerra ha retratado a madres con sus hijos en enternecedoras imágenes, rostros que reflejan la supervivencia de un pueblo y la lucha por mantener el espíritu en alto, a pesar de las difíciles condiciones en las que habitan.
Guerra ha publicado siete libros, en los que narra sus experiencias de vida en Angola, que involucran también la guerra civil y la reconstrucción del país.
La muestra fotográfica permanecerá hasta el 23 de agosto. La entrada es libre. El Palacio de Minería se ubica en Tacuba 7, Centro histórico. Abre de lunes a viernes, de 10:00 a 18:00 hrs.