por Gerardo López
@grardolpzlm
Poeta, editor, escritor, traductor, ensayista y diplomático; el pensamiento de Octavio Paz (1914—1998) sigue vigente. Su vida y obra establecieron un puente entre culturas y lenguas, además de subrayar el carácter internacional del arte.
Su visión universal respecto a ello confluye en la gran exposición que presenta el Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA), la cual reúne obras maestras de todo el mundo para celebrar el centenario de uno de los autores en español más relevantes del siglo XX.
“Octavio Paz hubiera sido un hombre muy feliz de poder tener frente a sus ojos las obras a las que les dedicó muchos ensayos”, consideró Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, al recorrer la magna exposición En esto ver aquello. Octavio Paz y el arte, que abrió al público el 11 de septiembre.
El objetivo de la exposición es establecer un diálogo entre los escritos del poeta, las piezas expuestas y el espectador, a través de un recorrido que incluye 228 obras y objetos provenientes tanto de museos internacionales como nacionales, entre los que destacan libros objeto, primeras ediciones, piezas prehispánicas, pinturas, esculturas, gráficas, fotografías y grabados. Se trata de un viaje de la historia del arte universal a través de los ojos de Paz.
“Los textos que Octavio Paz ha dedicado al arte mexicano, al arte universal, y particularmente al arte del siglo XX, sirvieron como eje conductor para esta muestra, donde decenas de museos de todo el mundo facilitaron obras para que pudieran ser exhibidas, muchas de ellas por primera ocasión en México. Creo que es una forma de llegar a un público distinto, para difundir la obra de Paz, para difundir su pensamiento y, sobre todo, su universalidad”, reiteró Tovar y de Teresa.
La muestra conmemorativa, que estuvo a cargo de Miguel Fernández Félix, director del MPBA, y Héctor Tajonar, curador, abarca todas las salas del recinto al igual que su explanada. Entre la selección se encuentran obras de artistas reconocidos como Wassily Kandinsky, Paul Klee, Jackson Pollock, Henry Moore, Joan Miró, Juan Soriano, Manuel Felguérez, Carlos Mérida, José Luis Cuevas, Ángel Zárraga, Marcel Duchamp, Mark Rothko, Robert Motherwell y Pablo Picasso, entre otros.
A lo largo de once núcleos temáticos es posible explorar la revelación estética de artistas de diversas nacionalidades a los que Paz dedicó poemas, ensayos y reflexiones. El concepto central radica en el tránsito del lenguaje literario a una narración visual, complementada por analogías y contrastes, afinidades y diferencias, así como conjunciones y disyunciones, a partir de las investigaciones del escritor mexicano en relación con las artes visuales que con tanta pasión profundizó.
Como preámbulo se encuentra el módulo Síntesis y confluencia, el cual presenta las esculturas ubicadas en la explanada y el vestíbulo del Palacio. Henry Moore, Vicente Rojo, Juan Soriano, Eduardo Chillida e Isamu Noguchi son los protagonistas de esta introducción.
Más adelante continúan los núcleos del arte moderno universal, empezando con Picasso y el cubismo. En él, se da cuenta de la afinidad de Paz con el máximo exponente de dicha corriente vanguardista, así como sus reflexiones en torno a las responsabilidades éticas y políticas del arte. Obras de Juan Gris, Diego Rivera y Georges Braque forman parte de esta sección.
El dadaísmo, encarnado por Duchamp, tiene su lugar en la exposición debido a que Octavio Paz lo consideraba la contraparte de Picasso, pues ambos, a su manera, fueron de los artistas más influyentes del siglo XX.
Del cubismo surge el arte abstracto, el cual representa la revolución más profunda de las vanguardias artísticas del siglo pasado. “Al arte abstracto idealista debemos algunas de las creaciones más perfectas y puras de la primera mitad del siglo”, afirmó Paz; es por ello que conforma el tercer núcleo.
La subversión surrealista contiene obras de la corriente vanguardista que más influenció al Premio Nobel de Literatura en 1990. En el surrealismo, Octavio Paz descubrió el valor de la imaginación y el ámbito simbólico del ser humano.
Le sigue La sonrisa de Eros, inspirado en escritos del poeta que hablan sobre su paso por la India y su interés sobre temas como el erotismo, el deseo, el cuerpo y la escritura. “Nunca antes se había expuesto en México un conjunto de obras de arte erótico de tan alta calidad. El concepto curatorial que norma la narrativa de esta sala y que hace alusión a Las lágrimas de Eros de Georges Bataille propone una conversación estética y erótica entre representaciones artísticas consagradas al sexo, el erotismo y el amor en las culturas orientales, europea, estadounidense, mesoamericana y mexicana”, explicó Héctor Tajonar.
En la segunda parte de la exposición tiene cabida el arte mexicano, empezando con el núcleo La otredad mesoamericana. En él, se encuentran numerosas piezas pertenecientes a distintas culturas del México precolombino. La extrañeza de dichas culturas causó cierta fascinación en Octavio Paz, quien tomó varios elementos para incorporarlos a sus escritos.
Las dos conquistas: la de las armas y la de las almas es el núcleo inspirado en El laberinto de la soledad, ensayo del escritor mexicano donde reflexiona sobre el encuentro de la cultura occidental con la mesoamericana. Dichas ideas se ven excelsamente expresadas en las obras pictóricas de José Vivar y Valderrama, Saturnino Hernán, así como los murales de José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo, que personifican la unión de la exhibición temporal con la permanente del museo.
Posteriormente, el núcleo Mestizaje y milagro consiste en una selección de pinturas de castas del siglo XVIII, sugiriendo un arte barroco referido a Sor Juana Inés de la Cruz, con relación al arte de otros poetas y pintores.
Academia y cultura popular reelabora las investigaciones de Paz sobre el arte del siglo XIX. Algunas obras del núcleo corresponden a artistas como José María Velasco, Hermenegildo Bustos y José Guadalupe Posada.
Revoluciones y revelaciones permite observar el interés pictórico que mostró Octavio Paz sobre el arte del siglo XX.
Como último núcleo, El aquí y el allá revela las ideas y situaciones contenidas en las pinturas expuestas, así como el pensamiento del artista al momento de su creación. Se sugieren las similitudes y divergencias entre artistas europeos, estadounidenses y mexicanos.
Como extensión de la exposición se llevará a cabo un amplio programa académico, que incluye la presentación del catálogo En esto ver aquello. Octavio Paz y el arte, una serie de conversaciones con figuras como Héctor Tajonar, Eduardo Matos Moctezuma, Martí Soler, Adolfo Castañón, Manuel Felguérez, entre otras.
La exposición que homenajea a Paz estará abierta hasta enero de 2015, de martes a domingo, en horario de 10:00 a 17:30 horas.