Una pintura puede parecerte bella, pero no precisamente por eso es arte, sino porque te hizo sentir algo. De igual forma, no es necesario que tenga características agradables a la vista para que te provoque sensaciones.
El Museo de Arte Moderno presenta un ciclo de exposiciones que exploran los fenómenos de cambio que tuvieron las artes visuales en México durante los años 80 y 90, entre las que se incluye Boris Viskin. La belleza llegará después…, con obras de los últimos 15 años del artista mexicano, en las cuales la belleza tiene un papel secundario. La curaduría es libre, sin cronología ni núcleos.
La pieza que encontrarás al entrar a la sala de la exposició, está inspirada en la exposición Duelo de Francisco Toledo, que consiste en pedazos de puertas manchados con pintura roja, haciendo referencia a la violencia que vive el estado de Veracruz. También hace homenaje a algunos pintores en una sección de una decena de piezas, como a José Guadalupe Posada; además de incluir 38 obras de la serie Tesoros del Rijksmuseum.
Al final, se encuentra un políptico (pintura dividida en diferentes secciones o paneles) de 124 piezas que lleva por título Sonata para una noche cíclica, las cuales rodean una especie de árbol realizado con papeles hechos bola, que son los bocetos fallidos del artista.
“Papeles fallidos que de pronto logran crear algo, un desecho que hace una creación”, comentó el curador, Iñaqui Herranz.
La muestra reúne más de 90 obras: ocho esculturas, tres instalaciones y 30 obras a muro, como pinturas, ensamblajes en relieve y técnicas mixtas, como óleo, resina, encáustica y collage sobre madera, por mencionar algunas. El artista mencionó que la exposición contiene obras de varias épocas realizado con material reciclado.
“Es lo más alejado de la belleza clásica. Se mantiene la presencia y el mensaje; la belleza no es primordial pero llega a pesar de los materiales”.
Puedes divertirte mirando los títulos de cada pieza, pues encontrarás cosas como Llamado a Astroboy, Cementerio de dibujos o La aparición del arte moderno. De hecho, el mismo Viskin invita al público a que lo haga para un mejor entendimiento de las piezas, ya que es como leer los comentarios del autor. También es importante el ejercicio de la contemplación, ya que de esta manera podrás descubrir la belleza de las piezas; relájate y tómate tu tiempo.
Verás temas como la fe, el jazz, el cuerpo, los caminos, los juegos de palabras y el lenguaje escrito transfigurado con el estilo característico de Viskin: un excelso sentido compositivo y un tono humorístico. Además, la exposición posee varias referencias a la historia del arte y el título está inspirado en la novela Gaspar Hauser o la indolencia del corazón, de Jacob Wassermann.
Busca la belleza en las piezas del artista mexicano en la exposición Boris Viskin. La belleza llegará después… que estará en el Museo de Arte Moderno hasta el 14 de agosto. Habrá un curso de verano para niños, visitas guiadas con taller y una charla con el artista e invitados especiales. Consulta más información de las actividades.