Arte y Cultura

Hamlet: la emblemática tragedia de Shakespeare bajo una mirada ecléctica

Hamlet, dirigida por Flavio González Mello. Foto: Miguel Díaz

“La locura acierta a veces cuando el juicio y la cordura no dan fruto”.

Hamlet, William Shakespeare

La tragedia más larga de William Shakespeare llega al Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario de la UNAM. Bajo la particular mirada de Flavio González Mello (1967), esta reinterpretación de Hamlet va más allá de la mera representación para profundizar en cuatro siglos de montajes escénicos y reflejar las preocupaciones actuales de nuestra sociedad. Por eso optó por narrar esta fatal historia desde la perspectiva de dos personajes secundarios, pero no por eso menos importantes: los burdos e ilustrados enterradores, quienes encarnan el nexo entre la vida y la muerte.

La vívida dramatización de la locura y la melancolía producida por la pérdida de un ser querido en medio de la injusticia, mentiras y traiciones es lo que caracteriza esta pieza; pero la diferencia de esta versión a otras es el alcance que tiene al atravesar límites convencionales y presentar una ecléctica articulación dramatúrgica, a partir de un mecanismo de espejos —reales y metafóricos— que reflejan no sólo la vorágine psicológica y sentimental de los personajes, sino de los mismos espectadores.

Hamlet, dirigida por Flavio González Mello.
Foto: Miguel Díaz

Inteligentemente distribuida en los dos niveles del Foro mediante un juego teatral que caracteriza el estilo de González Mello y, apoyada por una creativa escenografía a lo largo de 240 minutos —en tres actos y dos intermedios—, la puesta en escena de Hamlet protagonizada por Pedro de Tavira, Jorge Ávalos, Emilio Guerrero, Mariana Isabel Benet, Diego Garza, Raúl Briones, Omar Medina y Sofía Sylwin busca lo mismo que Shakespeare buscó para la sociedad isabelina: “enterarse de hechos sangrientos y lascivos, de crímenes contra natura, de juicios accidentados, masacres involuntarias, de muertes conseguidas con tretas y otras por la fuerza; y, como epílogo, de estratagemas que terminaron por volverse contra sus autores”.

¿Pero quién en su sano juicio elegiría ahondar en una implacable tragedia donde todos los personajes mueren de manera violenta?

En la Antigua Grecia, donde nació la tragedia, se creía que era necesaria para la sociedad ya que permitía experimentar las consecuencias de actos escabrosos, al igual que demostraba el intransigente poder del destino —o de los dioses— sobre los humanos, que era la manera poética de decir que a veces lo que nos ocurre es completamente aleatorio.

Hamlet, dirigida por Flavio González Mello.
Foto: Miguel Díaz

Aristóteles detalló en su momento que la tragedia debe tener como condición un héroe como protagonista que, tras una serie de infortunados eventos de los que no es completamente responsable, lo lleva a cometer errores que paga con ignominia y la muerte.

En este caso, Hamlet —personificado por De Tavira— cumple con los requisitos, y su razón de ser es provocar simpatía en la audiencia que presencia el cruel recorrido de su vida por caminos inesperados, en los que la locura confunde al condenado príncipe entre lo que es real y lo que no, justo como le ocurre al Quijote de Miguel de Cervantes.

Y aunque se trata de una tragedia, hay pasajes en la adaptación de González Mello que incitan la risa, introduciendo elementos satíricos análogos al humor negro, tan afianzado en el ingenio mexicano, y que ayudan a hacer más digerible la prolongada obra shakespeareana. Sin embargo, la esencia de la misma se respeta, aunque sea prácticamente imposible representarla en su totalidad. O como dice el director:

“Esta versión no se hizo al pie de la letra, sino al pie de las tablas”.

De esa manera esta versión de Hamlet demuestra que para ser fiel a Shakespeare no se requiere representar sus obras como si fueran copias íntegras. Con reflejar nuestros prejuicios y limitaciones como sociedad en una pieza que tiene como objetivo principal enfrentar un espejo a la realidad incitando a la autocrítica, es el modo ideal para rendir homenaje al Bardo de Avon.

Asimismo es importante presenciar tragedias con regularidad, porque permite contrarrestar nuestra tendencia a juzgar y moralizar, lo cual nos impulsa a reflexionar para poder ser mejores personas y por lo tanto, una mejor sociedad.

Hamlet tiene temporada hasta el 19 de junio, con funciones de jueves a domingo (18:00 h.). El costo del boleto es de $150 pesos, con excepción de los jueves de teatro que está a $30.00.

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