Los miércoles y viernes por la tarde doy un taller de pintura en un pequeño local en lo alto de la colonia Lomas de la Estancia, en la Delegación Iztapalapa. Por lo general vienen niños de cinco a doce años de edad, a quienes les interesa el dibujo o la pintura. Me parece increíble creer que de sus ideas, sus cuentos e historias he aprendido más que de algunos adultos que conozco, pues así es la infancia, llena de creatividad, inocencia y, lo más importante de todo, un punto de vista distinto en cada generación.
A propósito, el Museo Nacional de San Carlos presenta la exposición Poética de la Infancia: Los niños en el arte, una muestra que recopila obras de arte que retratan la infancia, desde el siglo XVl al siglo XX.
La exhibición cuenta con una selección interesante, con piezas que han viajado desde el Museo Nacional de Bellas Artes de la Habana, otras provienen del acervo permanente del Museo Nacional de San Carlos, el Museo Nacional de Arte y también de colecciones privadas.
La curaduría, realizada por Manuel Crespo y Jazmín Mondragón, comienza con un núcleo titulado Familia, factor trascendental en el desarrollo de cada niño. En las paredes de esta sección se colocaron cuadros que muestran retratos de familias compuestas, donde se ven los papás, los hijos, los abuelos y tíos, y luego están las nucleares, que consisten de la mamá, el papá, los hijos y, por supuesto, la mascota. Algunas de las obras fueron posicionadas en alturas accesibles para que niños pequeños las puedan ver sin tener que ser cargados.
El segundo es la Educación, donde los artistas reflejan este tema y lo que conlleva en el crecimiento de los niños, además de momentos como el castigo en las instituciones y el comportamiento autoritario de ciertos maestros, pero también se representan momentos de enseñanza y la atención que los docentes prestaban a los alumnos, como lo hizo Domenico Induno. Es importante reconocer que, además de estas dos situaciones expuestas de la educación, los maestros fundaban sus escuelas en sus propias casas, algo sumamente importante para la educación de los niños.
Después sigue el núcleo del Juego, espacio que resalta la identidad de la niñez, pues es la actividad principal que los diferencia de los adultos. Los cuadros que se escogieron para esta sección de la muestra retratan con cada pincelazo una visión de la infancia sumergida en inocencia, en tranquilidad y fragilidad, así como una que otra chiquillada, como lo hizo Joaquín Sorolla con su obra Niña con uvas, pieza que muestra a una pequeña haciendo justo lo que indica el título, deleitándose con un ramo de uvas en un rincón oscuro a escondidas.
En la división de Retratos, se enfoca en los pequeños como individuos, aparte de su familia e inclusive de la escuela, para enfatizar la importancia del ser como niño. En esta sala se encuentra el retrato que representa a la exposición, elaborado por el artista mexicano German Gedovious en uno de sus viajes a Europa.
Para finalizar el recorrido, que es por cierto la parte más triste pues se titula Fin de la Infancia, el público viajará a la época en donde los niños nacían en núcleos familiares con poder y, por lo tanto, desde infantes recibían el título de Conde o Príncipe, condenándolos a responsabilidades que estos roles implicaban para ellos a una edad temprana. También se enfoca en los niños que no pertenecían a familias adineradas y, por ende, empezaban a contribuir de manera económica realizando trabajos de costura. En esta última sala se encuentra un retrato de la famosa Dolores del Río, realizado por Alfredo Ramos Martínez en 1914, el que representa una juventud melancólica.
Las épocas que abarca Poética de la Infancia: Los niños en el arte, van desde el Renacimiento a las primeras vanguardias del arte, por lo que el curador Manuel Crespo comenta que “el arte de hoy ya no es tan bonito como el arte del ayer. Antes se enfocaban en las personas y no en lo intelectual”. Otros artistas involucrados en la muestra son Delobbe, Jacob van Loo, Ten Kate, Pelegrín Clavé y Elizabeth Garden, entre otros.
El pilón de la exposición será la sala Lúdica, que alojará juguetes como una Arca de Noé, juguete muy popular en siglos pasados, juguetes tradicionales como los yoyos, trompos y baleros, y para las niñas una selección de muñecas recortables. Los pequeños también se podrán disfrazar con varios atuendos que los organizadores han seleccionado, y al final de la sala se llevarán a cabo dos lecturas de Los cuentos de mamá Oca, para después poder ilustrarlos en una pared blanca montada especialmente para ellos. La sala se enfoca en 23 detalles de las obras que se encuentran a lo largo de la exposición.
Poética de la Infancia: Los niños en el arte es una invitación para que los visitantes recuerden su infancia y evoquen la inocencia, la fascinación y lo mágico que es ser niño. La exposición estará disponible hasta septiembre del 2015.