por Gerardo López
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, la palabra interestelar es un adjetivo que se refiere al “espacio comprendido entre dos o más astros”. En este caso, el título para la nueva entrega del director, guionista y productor británico-estadounidense Christopher Nolan (1970) encaja adecuadamente.
Además de la obviedad de la temática cósmica del filme, Interestelar (2014) profundiza en conceptos filosóficos y metafísicos que abordan la condición moral y existencial humana. Es por eso que el título expresa, a manera de metáfora, el espacio comprendido entre una y más personas.
La trama involucra a un equipo de astronautas que debe aventurarse a explorar los abismos del universo, con la finalidad de encontrar un nuevo hogar para la raza humana, ya que la Tierra está azotada por una plaga que imposibilita el cultivo de alimentos para la subsistencia.
El protagonista es Cooper (Matthew McConaughey), un ex piloto de la NASA que se vio forzado a volverse un granjero. Vive con su suegro Donald (John Lithgow); su hijo adolescente Tom (Timothée Chalamet); y Murphy, su hija de diez años (Mackenzie Foy).
Todo cambia para Cooper cuando un supuesto fantasma, que intenta comunicarse con Murphy a través ondas gravitacionales, les proporciona las coordenadas que los guía a una instalación secreta de la NASA, dirigida por el profesor Brand (Michael Caine).
Brand revela que su intención es buscar un nuevo hogar para la humanidad y asegurar su existencia mediante las “misiones Lázaro”, así que pide la ayuda de Cooper para pilotear la nave espacial Endurance, con el objetivo de recolectar información de tres posibles planetas habitables. Así, acompañado de la bióloga Amelia (Anne Hathaway) —hija del profesor Brand—, del físico Romilly (David Gyasi), del geógrafo Doyle (Wes Bentley) y de dos robots con inteligencia artificial, se lanzarán a la odisea cósmica con el propósito de salvar a la humanidad de la inminente extinción.
Una vez más, los hermanos Nolan se unen para la realización del guión, como lo hicieron en dos películas de la trilogía de Batman: The Dark Knight (El caballero de la noche, 2008) y The Dark Knight Rises (El caballero de la noche asciende 2012). El resultado final fue consecuencia de los primeros escritos de Jonathan Nolan, con la adición de ideas del director.
Interestelar está basada en el trabajo del físico teórico Kip Thorne (1940), quien también participó como productor ejecutivo y consejero a lo largo de la filmación para asegurar que los detalles astrofísicos fueran lo más fieles posible a la realidad.
La música estuvo a cargo de Hans Zimmer (1957), al igual que en la trilogía de Batman e Inception (El origen, 2010), creando una banda sonora única que se fusiona armoniosamente con la temática del filme.
Indudablemente, Interestelar se inspira en hitos del cine de ciencia ficción como 2001: A Space Odyssey (2001: Odisea en el espacio, 1968), Avatar (2009) y más recientemente, Gravity (Gravedad, 2013). Los efectos especiales, el ojo de Nolan y el guión se funden en una película que provoca emociones, entretenimiento y una poderosa sensación que obliga a preguntarnos sobre nuestra existencia en la inmensidad del cosmos, así como el camino por el que vamos transitando.
La preocupación principal es la subsistencia de la raza humana en el planeta que nos vio nacer. Sin embargo, eso no quiere decir que perezcamos en el mismo lugar. El instinto de supervivencia actúa en el núcleo de nuestro ser y nos lleva a realizar cosas que nunca creímos capaces de cometer. Ese instinto tan humano es el motor principal que lleva a los científicos de la NASA a explorar afuera de nuestro sistema solar, a través de hoyos negros y agujeros de gusano, para encontrar un nuevo hogar.
Y no se trata de egocentrismo sino, justo como llegó a decir el cosmólogo estadounidense Carl Sagan (1934—1996):
“Nuestra lealtad es para las especies y el planeta. Nuestra obligación de sobrevivir no es sólo para nosotros mismos sino también para ese cosmos, antiguo y vasto, del cual derivamos.”
A pesar de basarse en el conocimiento de las ciencias, Interestelar va más allá y especula inteligentemente aspectos de la realidad que aún no han sido explicados. ¿Es posible viajar a través de un agujero de gusano? ¿Hay otros planetas que puedan albergar vida? ¿Qué hay dentro de un hoyo negro? ¿Cómo un ser tridimensional puede visualizar más dimensiones?
Los conceptos principales en los que se desenvuelve la obra de Nolan son el tiempo y el amor. Al viajar colosales distancias lejos de nuestro planeta, es normal que la relatividad del tiempo afecte a los viajeros espaciales. Es una carrera contra el tiempo, porque deben de hallar una solución antes de que la humanidad se extinga. En cambio, el amor es un sentimiento que no conoce fronteras; incluso es capaz de viajar a través del tiempo, justo como lo hace la gravedad.
Dichos conceptos forman parte de nuestra vida cotidiana, por eso es natural que sintamos empatía por Cooper, que además de piloto interestelar es un padre de familia, que por amor decide abandonar a sus hijos para salvarlos.
Christopher Nolan ha demostrado que una película comercial con un presupuesto millonario no tiene necesariamente como único fin el entretener a las audiencias. Quizás es por eso que nueve de sus obras han recaudado alrededor de $3.8 billones de dólares en todo el mundo, y ha sido considerado como el creador de los filmes más exitosos del siglo XXI, a pesar de abordar temas de difícil asimilación en el público como la metafísica y el existencialismo.
Interestelar se exhibe actualmente en la mayoría de los cines del país, tanto en la versión regular como en pantallas IMAX.