Inevitablemente, todo cine refleja el contexto de su país de procedencia y es aún más marcado en el cine latinoamericano. En este caso, la Cineteca Nacional presenta la Semana de Cine Argentino, con la finalidad de mostrar las producciones de dicho país en los años recientes.
Desde inicios de los 90, el cine argentino se ha ido transformando hacia una mayor preocupación por el presente, cuestionando problemáticas sociales a través de narrativas sobre la identidad nacional. Ahora, los realizadores ejercen una mayor libertad, que se ha manifestado en el reconocimiento internacional del cine argentino.
La selección está conformada por nueve largometrajes que estarán en exhibición durante diez días, desde el 4 hasta el 14 de junio. La curaduría fue de Paulina Portela, codirectora de la distribuidora argentina OBRA Cine, quien comentó que la diversidad de miradas fue el hilo conductor de la selección.
“(Presentamos) nueve películas argentinas que ofrecen un espectro importante, variado y claro de las últimas producciones, porque son películas que van del 2013 al 2015. Dos de ellas aún no han tenido estreno en la Argentina”, dijo.
La exhibición del cine argentino en la Cineteca ha sido importante, ya que su participación ha sido constante, y en esta ocasión la Semana permitirá conocer un panorama de lo que se está haciendo en ese país, más allá del ambiente citadino característico de Buenos Aires.
El ciclo abrió con la proyección de La vida de alguien (Ezequiel Acuña, 2014), película que se sitúa en el melancólico universo del cineasta. Da continuidad a las primeras vivencias de los protagonistas de Como un avión estrellado (2005). Guille busca reunir a su banda de rock debido a que una compañía discográfica decide editar el disco que grabaron antes de separarse.
La selección sigue con Algunas chicas (Santiago Palavecino, 2013), la cual narra la historia de Celina, una cirujana porteña en plena crisis matrimonial, que se reúne con su amiga de la universidad en una casa de campo. Sus traumas, secretos y desgracias íntimas se enfrentan a una realidad desoladora en el contexto de una zona boscosa.
Atlántida (Inés María Barrionuevo, 2014) es la ópera prima de la realizadora cordobesa. Se desarrolla en el contexto de un pueblo rural, donde dos hermanas adolescentes confrontan sus temores e incertidumbres en torno al despertar sexual y la necesidad de satisfacer sus deseos más profundos.
Se incluye también el documental El color que cayó del cielo (Sergio Wolf, 2014), centrándose en la caída de meteoritos en el norte de la Argentina. Dividida en dos partes, primero se cuenta la historia de la influencia de los meteoritos en la cultura del lugar y, posteriormente, se presenta a los científicos que dedicaron años de su vida al tema.
Escuela de sordos (Ada Frontini, 2013) se aproxima a las aulas de la maestra Alejandra, quien muestra en el filme una emotiva entrega en la escuela de sordos que fundó en el sudeste de la provincia de Córdoba. Este documental presenta una reflexión sobre esta discapacidad y las vías para su integración social.
El Brujo y El Indio son dos músicos de un barrio marginal en el sur de Buenos Aires. Protagonistas de Fango (José Celestino Campusano, 2012), ambos están obsesionados con su proyecto musical: una fusión de tango con rock.
Después sigue La Salada (Juan Martín Hsu, 2014), presentando la experiencia del nuevo inmigrante en Argentina. Tres historias que ocurren La Feria de La Salada —uno de los mercados informales más grandes de Sudamérica— se enlazan para mostrar a personajes de distintos orígenes que luchan contra la soledad y el despojo de sus tierras.
En Nostilatiaj, la belleza (Daniela Seggiaro, 2012) se cuenta la historia de Yolanda, una joven indígena de la comunidad wichi que trabaja en la casa de una familia criolla. La particular cultura de Yolanda se verá condicionada cuando su patrona le impone lo contrario a lo que cree.
“(Nostilatiaj) es una película excepcional porque habla del norte de la Argentina que no se conoce en general”, explica Portela.
Finalmente, Ramón Ayala (Marcos López, 2013) cierra el ciclo. Es un homenaje y redescubrimiento a la vida y obra de uno de los grandes poetas y cantautores del Alto Paraná.
“Si bien está hecha por la mirada de un fotógrafo muy conocido, es de un personaje emblemático de la cultura popular argentina; un cantautor, un folclorista que retrata todo lo que es el interior de la Argentina”.
De esta manera, la Cineteca se ha vuelto una especie de oasis para los que buscan nuevas propuestas, más allá de las repetitivas carteleras comerciales que se centran principalmente en la exhibición de cine norteamericano.
“Para nosotros, como distribuidora de cine, OBRA Cine, que surgimos hace poco tiempo de cine independiente argentino y latinoamericano, ha sido una aventura porque la verdad aventurarse a distribuir cine latinoamericano no es sencillo en estas latitudes. Encontrarnos con la Cineteca fue como una luz en el camino. No es exageración, es real. O sea, estamos viviendo una crisis, en la Argentina, de distribución de cine nacional y latinoamericano”, consideró la curadora de la muestra.
Y a pesar de que se trata de sólo una semana, el director de difusión y programación de la Cineteca, Nelson Carro, tiene la idea de ampliar la exhibición de esta selección por más tiempo. “La idea es que esta Semana se exhiba ahora y después tenemos planeado comenzar a estrenar todas estas películas”.
En conclusión, esta muestra vale la pena porque expone un amplio espectro de la producción argentina, al igual de lo que sucede más allá del cine urbano que se caracterizó la década de los noventa. Si estás interesado en el cine latinoamericano y especialmente en el argentino, consulta la cartelera.