Algunos utilizan un lápiz, otros pinturas; ella utilizó una cámara para dejar sus memorias: Gisèle Freund.
El Museo de Arte Moderno le abre la puerta a 120 fotografías que conforman su nueva exposición, titulada Gisèle Freund y su cámara. 73 de las imágenes proceden del Institut Memories de l’editio Contemporaire (IMEC) de Francia y 32 del acervo del museo.
A lo largo de la exposición se pueden contemplar obras que narran la vida de una fotógrafa, que fue también socióloga, en una época donde retratar a las personas y sus entornos era hacer historia.
En los muros del museo se alojan personajes altamente reconocidos, para conformar un total de ocho núcleos: Reportajes en el contexto de la preguerra, donde se ve su primer trabajo periodístico fotográfico; Pionera de color; Camino a México, que ilustra el recorrido que realizó por Sudamérica y sus encuentros con personalidades como Jorge Luis Borges, Pablo Neruda y Evita Perón; Estancias en México, un viaje que revela su gran pasión por las tierras mexicanas, su arqueología, su gente y sus alrededores; Las exposiciones de arte mexicano en París, revelación del interés tan profundo que se tiene en Francia por el arte mexicano; De vuelta a Europa; la consolidación como retratista; Freund escritora: socióloga e historiadora de la fotografía, obras que la convirtieron en una de las personalidades más importantes en el tema y, finalmente, Los coloquios latinoamericanos de fotografía.
En su estancia en México, Freund fundó una relación bastante estrecha con grandes artistas y pensadores de la época, haciendo de este núcleo un mosaico de la vida intelectual de nuestro país en esos momentos, como lo sugirió Samuel Villela, antropólogo y también curador de esta exposición.
Entre estos individuos se encuentra el dúo más importante de la pintura mexicana, Diego Rivera y Frida Kahlo, además de José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. Aquí también se encontrarán fotografías paralelas con las de Freund, realizadas por los fotógrafos Manuel Álvarez Bravo y Luis Márquez.
La artista de origen berlinés estaba destinada a viajar, pues durante toda su vida estuvo en exilio casi constante, al ser una alemana judía. Aunque la historia pueda ser violenta, este giro le brindó la posibilidad de viajar por todo el mundo y, junto a su cámara, vivir momentos verdaderamente espéndidos que ahora llegan de nuevo a México para compartir con nosotros lo que significó ser Gisèle Freund.
Además de capturar retratos y paisajes, Freund público varios libros, como La fotografía como documento social y El mundo y mi cámara, donde plasma su huída de Alemania, el contacto con la intelectualidad parisina, sus encuentros con grandes escritores y artistas, sus viajes por diversos países y su obsesión de dejar testimonio de todo lo que veía y vivía con su cámara.
El hecho de que la historia esté en el pasado no implica que tiene que ser olvidada. Gisèle Freund y su cámara es una manera distinta de contar una historia de vida, es ver y saber sobre un viaje que es ajeno a nosotros, pero que retrata situaciones y eventos que forman parte de nuestra esencia como mexicanos.
La exposición fue curada por Sylvia Navarrete, directora del MAM, Samuel Villela e Iñaki Herranz, curador del museo. Estará disponible hasta el 2 de agosto en el Museo de Arte Moderno.