A veces nos gusta decir que ya estamos demasiado grandes o viejos para hacer ciertas cosas. Cuando decidió dejar su empleo como economista para volverse fotógrafo de tiempo completo tenía 29 años. Con un futuro brillante y una maestría en economía, un día simplemente renunció, gastó su dinero en equipo fotográfico y salió al mundo a hacer lo que más le gustaba y a encontrarse con su verdadera pasión: hacer fotografías.
Así fue como uno de los más grandes fotógrafos documentales del siglo XX comenzó su carrera. Afortunadamente su hijo mayor decidió hace un tiempo acompañarlo en sus viajes y documentar la vida de su padre, que da cuenta de ello en una conmovedora película titulada La sal de la tierra. La cinta, en la que también participa el afamado cineasta Wim Wenders, nos permite conocer la historia completa de la extensa trayectoria de Salgado y cómo fueron naciendo sus diferentes proyectos con el paso de los años.
Si bien el trabajo de Salgado ha generado mucha controversia entre sus colegas fotógrafos, el documental logra retratar de una manera monumental al ser humano detrás de la lente, a un hombre que vive para retratar, documentar y mostrar al mundo algunos de los acontecimientos más trágicos de la historia en las últimas décadas de forma poderosa e impactante.
Tal vez por el hecho de que sea su hijo quien lo sigue con cámara en mano, Salgado se muestra tal como es, relata algunas de las experiencias más fuertes que experimentó, como su trabajo sobre el hambruna en Africa para Médicos sin Fronteras, o bien el genocidio en Ruanda; ambos dieron como resultado un éxodo de personas buscando refugio, mismo que Salgado siguió y documentó por algún tiempo.
El debate surge al cuestionar cómo algo tan trágico, doloroso e incluso inhumano llega a verse tan estético y casi perfecto a través de sus fotografías. La sal de la tierra es una película conmovedora, en la que muy probablemente hasta derramemos algunas lágrimas. Sin duda, una excelente oportunidad para disfrutar del trabajo de este gran fotógrafo en pantalla grande.
Salgado no ha ganado un Pulitzer como muchos otros. Sin embargo, su trabajo, cada uno de sus libros y proyectos, han dejado una huella en la humanidad, han ayudado a mirar otros mundos y con el paso de los años, cómo él mismo lo dice, ha tenido que aprender a tomar diferentes fotografías para llenarnos de esperanza, después de tanto dolor que retrató en sus primeros proyectos. Así lo hace con Génesis, un ejemplo de naturaleza que nos recuerda que vivimos en un planeta hermoso y nuestra única misión es cuidarlo.
Cualquier amante de la fotografía tiene que ver este documental, ya sea para amarlo y aplaudirlo o bien para debatir y discutir el trabajo de este gran fotógrafo, aunque mi apuesta es que seguro saldrán de las salas de cine extasiados de ver tanta fuerza en esas grandes imágenes que representan el proyecto de vida de Sebastião Salgado.