Cuando los países se unen por una causa positiva, en lugar de causar guerras y conflictos entre ellos, pueden surgir proyectos enriquecedores, como es el caso de la residencia coreográfica organizada por la bailarina y coreógrafa española Iratxe Ansa.
Metamorphosis Dance Collective, en colaboración con el Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) del Instituto Nacional de Bellas Artes, y el Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, presentan The Body’s Trilogy, producto de la residencia realizada en el Centro Nacional de las Artes durante 2015.
De principio el proyecto itinerante se llevó a cabo en 2014 en Pekín; en el 2015 llegó al Centro Nacional de las Artes y este año será en San Sebastián. “Esta residencia coreográfica en el Cenart fue maravillosa, súper creativa y bonita; estuvimos tres semanas con 18 chicos extranjeros y se hizo una audición nacional de 12 personas, y fue tan genial que pensé ‘es una pena que esto no lo llevemos a ningún sitio más’ y esto es el resultado”, comentó Iratxe Ansa, en entrevista para Arte y Cultura.
The Body’s Trilogy se estrenará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris el jueves 16 de junio a las 20:30 horas.
“Muchas veces las cosas surgen espontáneamente y solo es identificarlas y decir si merece o no la pena mostrar; hemos rescatado material coreográfico para hacer una pieza en conjunto”.
La coreografía surgió de la necesidad de proponer un espectáculo nuevo al Sistema de Teatros de la Ciudad de México, basado en la experiencia del laboratorio.
La pieza de danza contemporánea trata un poco sobre la expresión del cuerpo y lo complicado que puede ser un discurso que lo explique, como una manera de impregnar atmósferas que fragilizan y cuestionan la existencia. Iratxe Ansa aseguró que “el espectáculo cambia porque nosotros hemos cambiado, pero evidentemente hay una esencia muy fuerte porque yo quería que fuera así, quería rescatar aquello que me gustaba, entonces hemos hecho una parte nueva, pero hay una estructura fuerte de lo que hicimos el año pasado”.
“El lenguaje somos nosotros, es mi universo que les trato de dar, de meter en su piel desde el inicio del día, que son como 6 ó 7 horas de trabajo, primero con una barra de ballet, segundo con improvisaciones más fuertes y luego con material coreográfico y con su material coreográfico que espero que creen. Hacemos un universo común de material coreográfico para luego hacer la coreografía. Ojalá aporten lo que traen pero siempre con mi visión, llevándoles a donde quiero”.
Comentó que en el escenario no ocupan muchas cosas. “Estamos hablando de cuerpo, piel, huesos, cuerpos apilados”, combinado con juegos de luces y proyecciones, pero sin exagerar pues ella quiere mostrar lo que son y como son.
“Realmente me interesa mucho el cuerpo, el intérprete y el movimiento”.
En el espectáculo se habla sobre un cambio de personalidad, el cual Iratxe Ansa asegura que son los bailarines quienes tienen que descubrir quiénes son ellos y qué cambio es el que tendrán. “Yo espero que ellos cambien de piel, dentro del escenario te suceden diferentes cosas, tienes diferentes emociones; no es que entres y sales siendo otra cosa, es que dentro del escenario te ocurren tantas vivencias, para que las puedan expresar y el público lo sienta también. Van cambiando de piel dependiendo de lo que tengan que hacer. Es un ejercicio de esquizofrenia porque puedes tener una dualidad al bailar”.
No te dejes influenciar por el estigma que actualmente se tiene del arte contemporáneo en sus diferentes manifestaciones. “Al final algo te gusta o no, algo te toca o no, sea arte contemporáneo o clásico, quizá dicen que hay que tener un poco de educación, pero yo creo que al final hay cosas que te tocan y no sabes muy bien por qué, sea contemporáneo o de lo que sea”.
“Espero que mi gente viva una experiencia, que se emocionen dentro del escenario y estoy segura que eso hará que el público sienta algo también, que se emocione a través de lo que ve, sea calificado como contemporáneo o clásico; etiquetas fuera, simplemente somos nosotros que estamos ahí viviendo una experiencia física, queriendo hacer sentir al público algo de la manera más directa”.
La coreógrafa ha trabajado con importantes profesionales de la escena internacional, como Nacho Duato, William Forsythe, Crystal Pite y Johan Inger, por mencionar algunos. Además, ha montado coreografías en más de 30 instituciones y compañías en 12 países.