Arte y Cultura

Loving Vincent: el reto de dar vida a las obras de Vicent Van Gogh

Dar vida a obras de arte parecería producto de un sueño. Sin embargo, un grupo de artistas se ha dado a la tarea de recrear, cuadro por cuadro, parte de la obra y experiencias de Vincent Van Gogh.

En la creación de Loving Vincent, cuyo trailer se ha reproducido millones de veces en redes sociales, participan actualmente 68 personas, aunque el equipo continúa creciendo y llegará hasta 85. Estos artistas crearán en total más de 65 mil cuadros, unos 12 por segundo para lograr que las escenas sean animadas, explica en entrevista con Arte y Cultura Sylwia Piekarska, de Breakthru Productions, compañía que produce la película.

La idea original fue de la directora Dorota Kobiela, originaria de Polonia, quien estudió arte, aunque después de graduarse trabajó en animación, razón por la cual quiso combinar estas dos pasiones y unir el antiguo arte de la pintura con las nuevas técnicas de animación.

“Sólo podemos hablar a través de nuestras pinturas”, fue la frase de Vicent Van Gogh que la directora leyó al final de las cartas del artista, y que detonó la idea de dar vida a las obras para contar la historia. Son justamente las cartas del pintor las que guían la historia, que es una investigación sobre su vida y los personajes cercanos a los que retrató en sus últimos años.

“Lo que el público verá en la cinta es la importancia de la obra de Vincent y cómo vivió, no tanto cómo murió. El concepto de la película ha sido que las propias pinturas hablen. Estamos imaginando vivir no sólo las pinturas, sino que cobren vida también los personajes que pintó. Todos ellos son individuos con conocimiento y visión parciales, formados por su relación personal con Vicent y con sus propios antecedentes. Ningún personaje sabe exactamente cuál es la verdad; cada uno tiene su verdad parcial, influenciada por sus propios prejuicios”, señala Piekarska.

La cinta presenta alrededor de 120 de las más importantes obras del artista, para lo cual cuenta con el apoyo de instituciones como el Museo Van Gogh en Amsterdam. 

En la dirección de Loving Vincent, Kobiela es acompañada por Hugh Welchman, quien produjo la cinta animada ganadora del Oscar, Pedro y el Lobo, inspirada en la famosa pieza de Sergéi Prokófiev.

La propia Dorota Kobiela es quien elige a los artistas que colaboran en la creación de la película. Primero fue una convocatoria en Polonia y, después de que el proyecto se volvió popular, se abrió a todo el mundo. Luego de que los participantes pasan dos semanas de pruebas, tienen un entrenamiento en un estudio para adecuar sus técnicas pictóricas al estilo de Van Gogh.

“Actualmente tenemos equipos en Gdansk y Wroclaw en Polonia, y uno más pequeño en Grecia. Con la excepción de uno de los chicos que es autodidacta (y es increíble) todos nuestros pintores han tenido al menos tres años de educación profesional en pintura, el promedio en el estudio es de cinco años, y algunos también han hecho maestrías”, dice Piekarska.

Al finalizar con la película, que se prevé sea en septiembre, se tendrán 1400 pinturas que se pondrán a la venta, tanto para apoyar la promoción de la película como a los pintores participantes.

Piekarska reconoce que las redes sociales han sido de gran ayuda para que la película se dé a conocer, aún antes de estar terminada. “Después de lanzar el trailer, se volvió viral. ¡Qué más podemos decir! Creamos esta película para la gente, la gente se comunica de esta manera actualmente, y las redes sociales nos permiten hablar con el público directamente. Tenemos decenas de mensajes nuevos en nuestra página de Facebook con palabras de reconocimiento de gente de todo el mundo. No hay nada más motivante que esto”.

Pero, ¿por qué hacer una película pintada cuadro por cuadro, habiendo ahora tecnología que puede facilitar los procesos? “En este proyecto en particular, no podríamos imaginar hacerlo diferente. Para hacerlo, tenemos que llevar la técnica de animación a otro nivel, y es importante tener esta experiencia emocionante de crear algo totalmente nuevo, y quizá abrir un nuevo capítulo en la historia de la animación”, dice Piekarska.

El proyecto inició desde 2011 y lo más difícil ha sido pintar cada uno de los cuadros, para cumplir con un calendario. Si bien septiembre es la fecha planteada para terminar la cinta, ésta ya ha tenido el interés de muchos distribuidores en Asia y Europa, aunque la productora confía en que haya muchas más solicitudes de otros países.

 

 

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