Arte y Cultura

#LunesDeLibros Conoce a Sheila Levine, una soltera sin suerte en el amor

 

 

No soy judía, no vivo en Nueva York, no estoy muerta pero… me identifico tanto con Sheila Levine, la anti heroína creada por Gail Parent en 1971. Si bien, desde que se concibió este personaje muchas cosas en el estilo de vida occidental han cambiado, la prioridad de la mayoría de las mujeres ya no es casarse antes de los 30 años, si se plantean temáticas sobre la soltería e independencia que aún siguen vigentes.

Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York narra la historia de una chica judía que no es fea pero tampoco bonita (guapa su madre, que fue Miss Coney Island), tiene sobrepeso, estudió Arte Dramático en la NYU, ha viajado a Europa; su mejor amiga, llamada Linda, es casi una modelo y tiene un éxito desbordado con los hombres. Sheila Levine acaba de cumplir 30 años, no se ha casado y… piensa suicidarse.

El prólogo fue escrito por Rodrigo Fresán, quien nos hace comparar a Sheila Levine con otras anti heroínas modernas como Bridget Jones y Carrie Bradshaw:

“Porque la voz de Sheila y su tempo narrativo y su formato (…) es un impecable stand-up pero acostado, a la espera de que los demasiado somníferos hagan efecto, y armado en sucesivas y brillantes set-pieces temáticas/circunstanciales arrancando ya con un gag…”

Las peripecias de esta neoyorkina son en realidad la supuesta carta de despedida que deja a sus padres. Un adiós llenó de risas para el lector, en donde nos revela lo difícil que es encontrar un departamento lindo y a buen precio, la necesidad de concretar sus sueños profesionales pero sin dejar de lado el principal objetivo (casarse), los celos que experimenta cuando las amigas se emparejan y ella queda a expensas de las salidas con su amigo gay, quien tiene más éxito con los hombres que ella. Conocer a Sheila es una forma de conocernos, encontrarnos de frente con algunos de nuestros problemas y sentimientos:

“Nuestro tercer año en Nueva York fue un fracaso. (…) Norman era un fracaso. El trabajo era un fracaso. Yo era un fracaso. El trabajo de Linda era un fracaso, y Joshua, que seguía en nuestro sofá, cubierto de pana roja, era un fracaso. Hasta la cubierta del sofá era un fracaso. Estaba claro que algo había que hacer. No te puedes quedar sentada y ya, sin hacer nada, en medio de tanto fracaso. Así que compré unos buenos vinos, a dos veinticinco la botella.”

Al final, da igual la raza de Sheila, si es blanca o morena, si tiene sobrepeso o es demasiado delgada… es un ente vivo y, aunque la prioridad de muchas mujeres u hombres en estos tiempos no es casarse, sí seguimos soñando con encontrar a la persona correcta para compartir nuestra vida. ¿Acaso el amor como el que muestran las películas no es el objetivo de todo ser humano?

Con esta lectura reconfiguramos esas ideas sobre la necesidad de encontrar el amor y casarnos; el cinismo, ironía y humor de Sheila pone una perspectiva a la soltería que está más allá de cualquier “Y vivieron felices para siempre”.

Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York es una publicación de la editorial española Libros del Asteroide, la cual se puede encontrar en México gracias a la distribución de Sexto Piso.

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