Arte y Cultura

#LunesdeLibros El hombre nacido en Danzig, de Guillermo Fadanelli, historia entre filósofos y un detective

Por Magdalena Carreño

@nuitaile

¿A dónde fue Elisa Miller? ¿Por qué abruptamente, sin dejar notas o llevarse algo, se fue de la casa que compartía con un ex basquetbolista? ¿Podrá el detective Riquelme encontrar estas respuestas a la ex pareja de Miller?

El hombre nacido en Danzig, de Guillermo Fadanelli, publicación de editorial Almadía en coedición con la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, es la historia que persigue a estas interrogantes.

El cliente del detective Riquelme, antiguo ingeniero y ex basquetbolista, busca en la ausencia de su ex pareja, Elisa Miller, las claves para comprender el rumbo que ha tomado su vida.

Entre charlas con imaginarios de Arthur Schopenhauer, Magic Johnson, Michel de Montaigne, Jean-Jacques Rousseau y Otto Weininger, el personaje principal (cuyo nombre nunca es mencionado) establece su percepción sobre las mujeres, lo que ellas simbolizan para él, además de ir desmenuzando su propia identidad.

“La descripción que uno hace de sí mismo debe considerarse tiempo perdido porque no es verdadera, es una invención, una trampa más, un espejismo. Debido a ello es conveniente apartarse del conocimiento abstracto del mundo e ir directamente al entendimiento o al conocimiento concreto de las cosas materiales y sus leyes causales…”

Asimismo, en el camino de este anti héroe sin nombre algunas otras mujeres, aparte de Elisa Miller, irán a su encuentro. Al parecer esas relaciones, donde subyace algo más profundo que un encuentro casual, serán para él una clase de refugio momentáneo.

Entre recuerdos de juventud, la forma en que conoció a Elisa Miller, sus ambiciones, los errores que cometió y casi alucinaciones de su propia vida, el protagonista sospecha de todos, alberga temores e incluso expande su recelo a Riquelme, el mismo detective que ha contratado.

Con estos elementos, Guillermo Fadanelli mantiene al lector en suspenso, mezclando una especie de humor negro en los diálogos que el amante abandonado entabla con los personajes imaginarios le acompañan.

En El hombre nacido en Danzig, el autor traza laberintos que el lector recorrerá, esperando al final tener el ovillo que, no lo regresará a su lugar de origen, pero sí le pondrá de frente con un inesperado Minotauro.

 

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