“En el prólogo venía una semblanza de ella y me llamó mucho la atención; entonces escribí el cuento pero en ese entonces estaba escribiendo la novela anterior a La danza de mi muerte, una novela sobre Alfonso Reyes. Pero me quedé con esta inquietud de esta mujer tan llena de misterios y en cuento terminé aquella novela decidí volver a Nellie y hacer una investigación mucho más profunda de lo que requería en ese momento el cuento”.
Para Sandra Frid, si bien los misterios que rodean a Nellie Campobello son un ingrediente especial al hablar de ella, lo que más destaca es su aportación a la cultura mexicana, no sólo por fundar el Ballet de la Ciudad de México, sino también por ser “la primera escritora, la primera mujer que escribió sobre la Revolución Mexicana”, ya que literalmente, esta lucha armada pasó frente a su ventana.
En La danza de mi muerte su autora trató de plasmar no sólo los últimos años de Nellie Campobello; también ahondo en cómo llegó a vivir la pesadilla de su secuestro a manos de Cristina Belmont y Claudio Fuentes, además de llenar esa etapa de juventud y carácter.
“Fue una mujer adelantada a su época, muy luchona, muy valiente, muy libre y espero que los lectores se acuerden que las mujeres en ese entonces no tenían esas oportunidades ni esa libertad. Las mujeres cosían, guisaban, se casaban y tenían hijos. Nellie siempre quiso sobresalir, desde muy jovencita, es esa parte que a la mejor la gente no conoce sobre ella”.
La danza de mi muerte es un relato en primera persona porque su autora buscaba una voz que se acercará al lector; de esta manera se acerca de forma íntima a esas experiencias desgarradoras, pero también a la pasión que fue su motor.
Misterio tras misterio es lo que trata de escudriñar Sandra Frid, en particular el secuestro de la bailarina. “Nadie se ocupó de descubrir qué estaba pasando con ella”, explica, además de no saber cómo fue que se permitió esto, cómo las autoridades culturales lo dejaron pasar por alto. Este es el mayor misterio para la también autora de Reina de reyes.
Sin duda, Nellie Campobello fue una “una figura que creó su propia historia” y pervive para las nuevas generaciones a través de las investigaciones y obras que se siguen creando sobre ella.
Uno de los casos policiacos más emblemáticos del México de los años ochenta.