Por Magdalena Carreño
¿Qué es normal y qué no lo es? Sobre estas dos cuestiones gira la narrativa de Extraños, la nueva publicación del ilustrador y escritor Javier Sáez Castán, editada por Sexto Piso.
Extraños tiene como protagonistas a tres seres que, a primera vista, son muy diferentes a nosotros. Sin embargo, conforme avanzan los textos y las imágenes, el lector encontrará que las apariencias engañan.
El también autor del Animalario Universal del Profesor Revillod utiliza en esta nueva publicación una estética que recuerda a las revistas de finales del siglo XIX y principios del XX, conocidas como pulp.
“Este proyecto tuvo sucesivas metamorfosis: en su origen más lejano puede remontarse a cerca de 15 años; una de las historias que aparecen dentro tenía la intención de ser un pequeño libro infantil, un álbum; finalmente esto dejo de interesarme, pero quedaron ciertas ideas”, explicó el autor para Arte y Cultura.
La historia a la que hace referencia es la del hombre mortadela, Wallas Lambton, quien protagoniza El horror de Loch Lambton. Pero la inquietud de Javier Sáez Castán por el lenguaje de los cómics lo llevó a plantearse crear otros seres más y dotarlos de colores.
Aunque en las narraciones predominan los negros y blancos rotos, “el color es necesario, puesto que solamente aparecen de color los extraños o los elementos narrativos imprescindibles. Es un recurso del cómic antiguo, pero por otro lado pone toda la atención en el ‘extraño’; lo acerca y lo humaniza. Es curioso que los extraños no aparecen como amenazas, como algo externo. Estamos viendo el mundo desde su lado del espejo. Es curioso que el monstruo rosa, que parece el más terrible, es el más entrañable”, detalla el ilustrador originario de Huesca, España.
Además de estos protagonistas, hay otra una presencia constante. “No recuerdo muy bien cómo, pero apareció Vincent Price. En un principio era sólo un presentador, pero los lectores de Extraños verán que tiene un protagonismo cada vez mayor, porque de alguna forma es el que conecta al lector con la historia, pero finalmente vuelve a dirigirse al lector.”
Javier Sáez Castán contó con la ayuda de la ilustradora Aitana Carraco, quien le ayudó a realizar el trabajo digital y aportó “calidez”. El formato del libro también apuesta por textos largos, lo cual para el autor rompe con los esquemas tradicionales del cómic, y es una forma de cuestionar estas estructuras.
“Me parece divertido que un personaje que están persiguiendo lance un monólogo como de diez minutos cuando lo tiene un monstruo y no se calle. Es como poner dinamita, estoy rompiendo algo que es como una unidad imagen-texto, pero creo que si la rompo también se rompe al cerebro del lector.”
¿Y qué es extraño para Javier Sáez Castán? “Todos nos situamos en el lado de la normalidad y consideramos que hay algo extraño, pero esto en realidad es una especie de mitología que ha ido pasando de moda. Creo que en las películas de los años 50 y 60 la idea del extraño es muy fuerte. Quizá la sociedad aspiraba a una uniformidad mayor, entonces lo extraño era una amenaza. En la medida que se han ido permitiendo muchos más comportamientos o formas de vida, se ha relajado lo de extraño, como que ha pasado de moda. Me gusta la idea de recuperarlo y, en el fondo, recuperar la pregunta de si somos normales o extraños; quizá una pregunta pasada de moda pero que me ha servido como una especie de hilo conductor.”
Extraños es un libro cargado de ingenio, a lo cual su autor considera como “un giro que uno da bruscamente cuando crees que vas por el buen camino, de repente dices me voy por otro lado. Es como si te persiguieran y por eso decides cambiar de rumbo.”
Esos cambios de sendero son parte natural de su forma de crear, una forma de juego que también permea en los intereses del autor de Libro caracol, a quien le gusta “escapar de la tiranía de la modernidad, del presente”.
Para Javier Sáez Castán siempre hay una idea surgiendo, incluso de muchos sitios a la vez, cada una con sus procesos. Sin embargo, en algún momento alguna de ellas reclama su atención y se mete de lleno. Por el momento, quiere seguir trabajando con el cómic y con otros autores.
“Tenemos la idea de que la ficción está dentro del libro, para mí la ficción está alrededor. La ficción es como un virus, nos contamina, uno empieza a pensar qué parte es verdadera, qué parte es ficción y es cuando empezamos a tocar lo que a mí me interesa.”