Por Magdalena Carreño
“Las niñas buenas siempre deben mostrar deferencia ante los mayores. No debes ser insolente con los ancianos a menos que ellos lo sean contigo primero”, es uno de los consejos que escribió Mark Twain en 1865 y, aunque parezca políticamente incorrecto, hay un trasfondo más profundo en las recomendaciones del afamado autor de Las aventuras de Tom Sawyer.
Este año Sexto Piso rescata la sabiduría de Mark Twain en Consejos para niñas pequeñas, acompañada por las ilustraciones de Vladimir Radunsky, las cuales destacan por el color y aparente simpleza de los trazos, pero que enmarcan de forma magistral los textos. La traducción corrió a cargo de Raquel Vicedo.
La serie de sugerencias que propone el autor buscan, con mucho humor y picardía, llevar a los jóvenes lectores a pensar por sí mismos, reflexionar lo que se da por sentado como “bueno” y no seguir los moldes que la sociedad dicta sólo por seguirlos.
Consejos para niñas pequeñas fue publicado dos años después de su creación; 149 años más tarde estas invitaciones siguen vigentes. Mark Twain fue autodidacta, dejó la escuela cuando tenía entre 11 y 12 años para trabajar como aprendiz en la imprenta de periódicos locales de Hannibal, Missouri, Estados Unidos.
Con el paso del tiempo, el también autor de Las aventuras de Huckleberry Finn, se convirtió en periodista y escritor. Mantuvo su capacidad de observación durante toda su vida, lo cual manifestó en su escritura, al llenarla con realismo de las atmósferas que le rodeaban, así como mantener un lenguaje cargado de fuerza y pasión.
Su literatura expresa inconformidad e invita a que en cada una de sus obras descubramos al rebelde que todos llevamos dentro.