Arte y Cultura

#LunesdeLibros Omar G. Villegas siembra historias en El jardín de los delirios

Como un terreno fértil donde conviven distintas especies que florecen de formas diversas al entrar en contacto con el lector, así es El jardín de los delirios, primera publicación del escritor y periodista Omar G. Villegas (México, D. F., 1979).

Bajo el sello de Textofilia, se trata de un libro muy visual que propone estampas, pequeñas historias y reflexiones que, aunque parten del entorno personal y vivencial del autor, vuelan al ámbito de la ficción divididos en los apartados Deseos, Desamparos y Derivaciones.

“Primero están los deseos, el amor, el desamor, el erotismo y las relaciones interpersonales, se transita a un espacio más introspectivo que tiene que ver con la soledad pero también momentos de alegría, resignación y tristeza, y por último, una parte de ficciones, de crear historias de principio a fin con una atmósfera de personajes y situaciones particulares”, explica.

Los textos se caracterizan por su brevedad deliberada y el cruce de géneros en donde aparecen tintes periodísticos, literatura de ficción y poesía, que derivan en un lenguaje directo e intimista con el lector.

“Fueron trabajados con la intención de ir despojándolos de cualquier palabra o coma que estorbara, una economía del lenguaje que permitiera crear imágenes lo más claras y consistentes, y que en esa medida llegaran de forma más directa a la emotividad del lector. Me gusta esta idea de que con lo mínimo se tratara de sembrar posibilidades de lectura extraordinarias”, afirma.

Con una trayectoria en el periodismo cultural y de espectáculos en diferentes diarios nacionales, Omar G. Villegas reconoció que su interés en la ficción fue lo que lo condujo al ámbito literario.

“El periodismo también implica contar historias, recrear pasados, presentes, hacer actos de adivinanza o prestidigitación. Estamos acotados a un estricto sentido de veracidad que, aunque sea presentado de forma literaria, no deja de ser real: estás informando. La literatura me permite partir de la realidad para ir a la ficción y que las historias cobren otros sentidos de las anécdotas y experiencias que les dieron origen”.

Los relatos, escritos entre 2009 y 2012, destacan por su ironía, sentido del humor y emotividad, mediante un desfile de personajes que experimentan distintas emociones y van desde el delirio hasta el desamor.

“Surgieron en medio de la vorágine periodística y de una ciudad como ésta que no te permite estar en pausa”, concluye Villegas.

 

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