Arte y Cultura

#LunesDeLibros Seguro ya conoces este museo: el Museo del Chisme

Por Magdalena Carreño

@nuitaile

“La embajada o la puta. Cárdenas”. Éste fue el telegrama que recibió Alfonso Reyes durante su cargo como diplomático de México en Argentina, cuando un grupo de escandalizadas conciencias reclamó que el escritor se dejará ver con una actriz rubia, con quien mantenía un romance. Ésta y otras anécdotas son parte de Nuevo Museo del Chisme, de Edgardo Cozarinsky.

Publicado por La Bestia Equilatera, el libro es una recopilación de acontecimientos de la vida de intelectuales y figuras destacadas de la historia universal. El escritor, cineasta y dramaturgo argumenta en la introducción que el chisme y la novela no han estado muy alejados, aunque existan personas que vean esto con indignación.

“El chisme es, ante todo, relato transmitido”, apunta el auto y añade que “ese relato se transmite porque es excepcional el alguien o el algo”. Es así que recopila 94 hechos, provenientes de diversa fuentes, tanto orales como escritas. El lector se topa con comportamientos extraños o escandalosos para la época en que vivieron sus protagonistas.

El Nuevo museo del chisme acerca estas figuras, en muchos casos, mitificadas y engrandecidas, figurándolas en su lado más humano. Es así que nos enteramos de la exención del servicio militar de los pintores Giorgio de Chirico y Carlo Carrà porque fueron diagnosticados de “inestabilidad psicológica”, debido a que mostraron sus pinturas a las autoridades. O bien, el autor detalla que Catalina I, predecesora de las grandes zarinas del Imperio, había sido sirvienta en una granja y fue abusada durante la guerra entre Suecia y Rusia.

Sobre los intelectuales y personajes históricos de Latinoamérica, cabe destacar que la mayoría, por el origen del libro, son narraciones sobre argentinos. Tal es el caso de la publicación de The Mind, de Victoria Ocampo, en la editorial Sur, la cual suscitó un debate entre la autora y Ricardo Baeza, quien le ayudaba con la traducción. La polémica se basó en que en el texto se hablaba mucho de masturbación y Ocampo quería usar el término “paja”, mientras que Baeza, por su origen español, prefería utilizar “puñeta”. Así, por sólo mencionar algunas de las historias que aparecen como “cuadros de exposiciones”.

Nuevo museo del chisme, de Edgardo Cozarinsky, pone de manifiesto que “en todos lados se cuecen habas”, que a veces no existe chisme como tal sino historias que hacen más compleja la visión que podemos tener de una persona, y que no hay ser humano que se escape de ser parte de algún enredo o cotilleo.

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