Arte y Cultura

#Miércolesdecine La dictadura perfecta: ¿la televisión maneja nuestra emociones?

Por Greta J. Rico

@gretajrico

Este fin de semana las salas de cine estuvieron repletas, no sólo porque fue quincena, sino también porque los estrenos de otoño ya llegaron. Sin duda, una de las más esperadas y controvertidas de las últimas semanas ha sido La Dictadura Perfecta,  película escrita y dirigida por Luis Estrada.

Para comenzar, y sin ver escena alguna, los espectadores leeremos unas cuantas líneas que nos dan un panorama de lo que estamos a punto de presenciar: “Los nombres son ficticios. Los hechos, sospechosamente verdaderos. Cualquier parecido o semejanza con la realidad no es mera coincidencia”.

Una vez más Damián Alcázar es el protagonista en las cintas de Estrada, ahora en el papel del gobernador Carmelo Vargas, quien se encarga de dar una cátedra magistral sobre la política en México. Una vez más Luis Estrada está en boca de todos, con una enorme controversia sobre esta abierta crítica a los monopolios televisivos en México.

Uno de los grandes académicos de las ciencias sociales, Giovanni Sartori, dice en La sociedad teledirigida que “la televisión favorece —voluntaria o involuntariamente— la emotivización de la política, es decir, una política dirigida y reducida a episodios emocionales”. ¿Será que sus palabras se puedan comprobar de manera feaciente en un contexto mexicano? ¿Será que los mexicanos dejamos que la televisión maneje nuestras emociones con respecto a la toma de decisiones y el queacer de la política en nuestro país?

Esa y muchas preguntas podrán resolverse en La Dictadura Perfecta, donde los videoescándalos, los telemontajes y algunas otras frases, acciones o diálogos de la película sabrán incomodar a muchos y hacer reír a otros. Sin duda, el nuevo filme del director nos incomodará a todos de alguna u otra manera, nos hará recordar la cruda realidad en la que vivimos, y sobre todo reflexionar sobre los momentos de cinismo e impunidad en que nos hemos desenvuelto en los últimos años.

En el entendido de que es un gran logro que haya llegado a cartelera y que no sabemos cuánto vaya a durar, ya sea mucho siguiendo una línea y un discurso político que defiende y respeta la libertad de expresión, o bien poco si es que llega a incomodar lo suficiente, La Dictadura Perfecta está ya en las salas de cine y debiera ser una parada obligada en el repertorio de este otoño.

 

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