Imagina una historia sin palabras, sin narrador alguno que describa puntualmente su desarrollo. ¿Seguirá siendo una historia?
En la cinta Los planetas (2006), creada por el astrónomo y artista visual puertorriqueño José Francisco Salgado, las palabras son reemplazadas por la cautivadora obra homónima más conocida del compositor inglés Gustav Holst (1874-1934).
La película incluye fascinantes imágenes de nuestro Sistema Solar provienen de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) y de la Agencia Espacial Europea, además de ilustraciones históricas, animaciones y fotografías científicas tomadas por el científico.
Además, el desarrollo de la misma se rige completamente por el tono y ritmo de la suite de Holst, lo cual da origen a una producción a la inversa: primero la música y después lo visual.
“Se tiene la sensación de que la música fue compuesta para la película cuando realmente es lo contrario. Yo, como astrónomo y como artista visual, y como amante de la música, hice una película que sigue muy de cerca la música”, detalló Salgado.
Ahora, llega por primera vez a México para presentarse en el Palacio de Bellas Artes (PBA) los días 16 (20:00 h.) y 18 de octubre (12:15 h.), en el marco del 43 Festival Internacional Cervantino, que tiene como tema central este año El arte de la ciencia. La ciencia del arte. La propuesta audiovisual llegará el 20 de octubre (20:00 h.) en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato.
La película se compone de siete cortometrajes en alta definición, en concordancia con los siete movimientos de la suite, y la interpretación en vivo de la música, que en el PBA estará a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), y en Guanajuato será ejecutada de la Orquesta Sinfónica de Xalapa.
Este espectáculo, que combina el arte y la ciencia, ya se ha presentado en otros países y ha alcanzado distinción y premios internacionales tanto por sus inolvidables visuales como por la icónica musicalidad de la pieza, que expone a Marte, el mensajero de la guerra; Venus, el mensajero de la paz; Mercurio, el mensajero alado; Júpiter, el mensajero de la alegría; Saturno, el mensajero de la vejez; Urano, el hechicero; y Neptuno, el místico.
“Él estaba interesado en los aspectos astrológicos de los planetas, no en la ciencia en sí”, comentó Salgado respecto a la motivación de Gustav Holst.
Lo atractivo en la concepción del compositor es que en vez de basarse en la ciencia, tomó influencias de la astrología, de la cual era apasionado. Parcialmente inspirada por las reflexiones en su propio horóscopo, la armonía musical se basa en el trabajo de distintos compositores de la época, como Debussy, Strauss, Stravinski, Schönberg y Mussorgsky; por ello la obra es considerada como una de las más relevantes del siglo pasado.
En las dos presentaciones del PBA, la OSN será dirigida por el director huésped de origen cubano, Iván del Prado, al igual que contará con la participación del coro EnHarmonía Vocalis, dirigido por Fernando Menéndez.
El propósito del audiovisual —no es documental— es cautivar al público sobre la importancia de la ciencia de manera lúdica, pero sin dejar de lado el saber. Y ésta ha sido la línea principal del trabajo de Salgado, que se ha dedicado a elaborar proyectos multimedia para alcanzar grandes audiencias y provocarles curiosidad por saber más de la ciencia.
“La película no está basada en nada de ciencia ficción […] Básicamente la película sintetiza o resume nuestra exploración espacial en el sistema solar; eso es importante hacérselo saber al público: que lo que van a ver en la película son cosas que nosotros hemos ya abordado como exploradores espaciales”.
Ese compromiso con la difusión del conocimiento científico lo ha expuesto con KV 265, organización de la cual es cofundador y cuya misión es comunicar de manera multidisciplinaria la ciencia a través del arte.
“En las dos disciplinas hay que ser creativo […] Es muy común en la comunidad científica encontrarse a músicos aficionados. Usualmente a los científicos les apasionan el arte y la música”.
Lo intención principal del reconocido astrónomo es rescatar el paradigma del hombre renacentista, el cual no separaba la ciencia del arte y viceversa, porque ese pensamiento multidisciplinario es el que más se necesita para afrontar los grandes retos que trae la llegada de este siglo y determinará su desarrollo en las próximas décadas.
Este tipo de eventos sirven como faros en la oscuridad que marcan el camino para el cambio colectivo, que ya no es sólo de naciones sino de toda la humanidad, y sería un error no prestarles la debida atención.
Así que, sin importar nuestra educación profesional y a lo que nos dediquemos, este espectáculo será algo inolvidable y merece ser visto, ya sea en la Ciudad de México o en Guanajuato, porque este tipo de eventos no se encuentran todos los días.
A fin de cuentas, contribuye a nuestro desarrollo como sociedad contemporánea; o en palabras de Salgado:
“Yo creo que si la gente mantiene lo que le apasiona, y no sólo se concentra en una carrera profesional, tendríamos ciudadanos más felices, y si tenemos ciudadanos más felices tenemos una mejor sociedad”.