1 de mayo y amaneciste con una “güeva” im-pre-sio-nan-te. ¿A poco no?
¿Porqué no se labora el Día del Trabajo?
Bueno, en realidad es el Día de los trabajadores, (es lo mismo, pero no es igual) y se conmemora a los obreros que a finales de abril de 1886, se amotinaron en una fábrica de Chicago, para exigir una jornada de 8 horas, dado que trabajaban 14 horas o más.
Sí, aunque algunos no lo crean, aquellos hombres eran explotados como la mujer de 23 años, cuyo sobrenombre es Zanduri, y que escapó de sus patrones hace unos días tras vivir ¡¡dos años!! esclavizada en una lavandería de la Ciudad de México, padeciendo una anemia atroz, porque sólo comía residuos y plástico, mostrando un aspecto de una chica de 15 años y una salud de una anciana de 80 (brrr…. escalofriante ¿no?).
Antes esas atrocidades (aún hoy en día) uno no puede más que honrar a aquellos trabajadores que se manifestaron con sus esposas e hijos por primera vez el 1 de mayo y que, ante una bomba que explotó en medio de la trifulca echada por un provocador patronal (¿te suena?), fueron víctimas de una respuesta brutal por parte de los oficiales, dando como resultado que 80 obreros murieran y más de 200 quedaran heridos. Los líderes Adolph Fischer, Augusto Spies, Albert Parsons y George Engel fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887, mientras que sus compañeros, Louis Lingg, Michael Schwab, Samuel Fielden y Oscar Neebe, fueron procesados parcialmente.
George Engel, de 50 años, dijo antes de morir ante el tribunal: “¿En qué consiste mi crimen? En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que, mientras unos amontonan millones, otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres de ciencia deben ser utilizadas en beneficio de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza, y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, la libertad, el bienestar”. (Hagamos la ola pues… Aplausos) El radical de Louis Lingg, simplemente no dijo ni pío y prefirió suicidarse con una bomba que él mismo había preparado en la cárcel, antes de padecer la “justicia del sistema”. (Cada quien su bomba, ni hablar)
Por último, Miguel Schawb dijo, al escuchar su condena, que ellos luchaban por 8 horas de trabajo pero que: “Cuatro horas de trabajo por día serían suficientes para producir todo lo necesario para una vida confortable, con arreglo a las estadísticas. Sobraría, pues, tiempo para dedicarse a las ciencias y el arte”. Siete años más tarde fueron indultados por el gobernador de Illinois. (¡Oh, sí!)
Echar la ‘webiriris’ un día como hoy, para ir a alguna actividad cultural o ponerse a crear se vale, considerando que en vez de 4 horas trabajamos 8, que a veces ni nos pagan o nos pagan después de mil años, y que los contratos ya sólo son por 3 o 6 meses, ¿no crees? (¡Ups! A ver si me dejan sacar la próxima Neurona de Guardia…)