Arte y Cultura

#NeuronaDeGuardia Orgasmo, ¿mente o cuerpo?

Todo lo que querías saber sobre el cerebro y no te atrevías a preguntar es lo de hoy.

La era del cerebro y las posibilidades de la mente son la megatendencia de nuestro presente. Gracias a los escáneres más avanzados se han desvelado algunos “misterios” sobre la conducta humana, la percepción de realidad y los tabúes, entre los que se halla un tema cumbre: la sexualidad.

Preguntas como: ¿los orgasmos femeninos y masculinos son iguales? ¿los animales tienen orgasmos? o ¿el orgasmo es una reacción física o mental? Puede que sean algunas de las incógnitas que tu neurona de guardia, la que puede que ahogues en alcohol cada finde, se ha preguntado alguna vez. Hoy te comparto la primera de dos partes sobre el tema.

 

Si sabes lo que es un orgasmo, ¿no?

En el ámbito científico se recogen descripciones biológicas, psicofisiológicas y neurales que pueden parecer frías por su rigor descriptivo, como la definición que dice que es “la tercera etapa de la respuesta sexual humana, caracterizada por la acción inhibidora de fibras serotoninérgicas y la acción excitadora de fibras noradrenérgicas, donde desempeña algún papel el área de recompensa: Tegmental Ventral-Sistema Límbico”. ¿Qué dijoooooooo?

Así es. Ya puedes cerrar la boca.

Te cuento que el orgasmo también tiene su lógica evolutiva, definida como una respuesta física acompañada de una sensación placentera, cuya finalidad es aumentar la probabilidad de encuentros sexuales para asegurar la procreación de la especie. ¡Uff! Y yo que creía que solo era el clímax de una buena cogida. ¡Qué complejo!

No obstante, hay definiciones subjetivas, digamos, un poco más cálidas, que ubican el orgasmo como una experiencia sumamente placentera, caracterizada por la brusca e instantánea liberación de toda excitación o tensión sexual acumulada.

¡Ahhhh! Como que esto ya suena, ¿no?

Ninguna de estas definiciones son excluyente la una de la otra, y a éstas se pueden sumar los enunciados poéticos y metafóricos que han hecho que la experiencia coincida en lo fundamental, pero difiera en lo simbólico-experimental emocional.

¿Somos los humanos tan hedonistas que creemos que los animales no conocen el placer? Se sabe que en los animales existe una vía dopaminérgica y se han detectado conductas adictivas, así que aquella famosa pose del “perrito” no siempre tuvo como función principal originar una camada. ¡¡Guauuu!! ¡qué perros tan calientes!

Orgasmo femenino y masculino, ¿son iguales? Averígualo en la próxima Neurona: no te la vas a acabar… ¡Oh, sí!

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