por Daniela Uribe
@DaniAcuarelas
El arte del cine y sus varios géneros han trascendido por generaciones a lo largo del tiempo, sin importar las preferencias de las personas. Algunos optan por las películas de terror, unos de suspenso, otros el cine de arte y los demás las famosas películas palomeras, pero ¿quién en realidad prefiere el cine documental?
En México surgió la época del cine de oro en los años 50s y, desde entonces el cine mexicano, ha contribuido con poco material emblemático en el género documental, pero esto puede cambiar con propuestas como la de ARTES.DOCS, un festival creado especialmente para la difusión de documentales independientes enfocados al arte. El festival se llevará a cabo del 24 de octubre hasta el 7 de noviembre.
En la cuarta edición del festival, el director general de esta propuesta, Juan Francisco Urrusti, destaca la importancia que tiene la aportación de mentes frescas y jóvenes en la participación de esta exhibición de estas cintas. Algunos talentos que menciona son el Colectivo Los Ingrávidos y los jóvenes que pertenecen a 20 y más por el arte, programa apoyado por el FONCA.
El festival tiene como sede principal al Centro Nacional de las Artes, y así se vuelve en la única plataforma en Iberoamérica dedicada al arte y sus creadores. A lo largo del programa se presentaran 72 documentales de realizadores no solo mexicanos; España, Holanda, Costa Rica, Chile, Argentina y el Reino Unido también serán parte de esta gran celebración audiovisual.
Lo más sobresaliente de este cuarto encuentro es la convivencia entre talentos, que crea un espacio de fusión entre los realizadores escénicos y plásticos con los visuales, tanto mexicanos como extranjeros, que tiene como enfoque principal reflexionar sobre la función que cumple el arte en la sociedad.
Entre los participantes se encuentran talentos como el cineasta Frances Francois Levy-Kuentz, la portuguesa Marta Moreno, el realizador alemán Thomas Riedelsheimer y la chilena-costarricense Ishtar Yasin Gutiérrez. Esto demuestra el nivel de interés de los creadores audiovisuales internacionales en festivales como éste, haciendo de México un crisol artístico donde se unen todo tipo de culturas por un mismo propósito.
El género del cine documental cuenta con elementos que rebasan cualquier aspecto del cine tradicional, pues expone la verdad al momento, sin chance de repetir las tomas; no hay ensayos previos, y no hay mentiras en el contenido. El documental cuenta historias yendo a lo más personal del ser humano y el entorno en el que habita.
Varios de los temas que se tocarán en las proyecciones de los documentales están relacionados con los problemas sociales que se viven hoy en día. Por ejemplo, Ishtar Gutierrez comenta sobre su obra 20 y más Apocalipsis de nuestro tiempo, que se estructura por las grandes pinturas y dimensiones de un gran artista chileno, Julio Escames. La película intenta revelar la complejidad de las relaciones humanas, la irracionalidad de un sistema y cómo a través de la historia y sus cambios se manifiesta la transformación de la realidad social.
“Creo que el arte no es un lujo. La función del arte es motivar la imaginación, no solamente en el individuo sino de la especie humana; es una manera de encontrar un problema y buscar una solución. Y para resolver muchos de los problemas de este país se necesita mucha imaginación, se necesita arte. El arte no nada más es la pintura; el arte en la economía, en las finanzas, en la política. Ojalá quienes dirigen este país consuman este tipo de productos que nos elevan el espíritu, y además nos motivan a diseñar un futuro mejor para otras generaciones”, fueron las palabras del director del festival, Francisco Urrusti.
Además de proyectar documentales de estreno, esta cuarta edición del festival presentará trabajos considerados ya clásicos, como los del maestro Fernando Gamboa, conocido por su exhaustiva labor como promotor cultural del arte mexicano en el mundo.
Las proyecciones se llevaran a cabo en varias sedes, entre ellas el Centro de Capacitación Cinematográfica, la Cineteca Nacional, el Museo Nacional de Arte y la Sala José Revueltas.