Arte y Cultura

Presentan joyas del cine mexicano, luego de su restauración

Por Gerardo López

La Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas (AMACC) presentaron una función de gala para exhibir películas restauradas, hitos del cine nacional: fragmentos del archivo de la Revolución Mexicana y el largometraje La Mujer del Puerto (1933), del director ruso Arcady Boytler.
La sede de la muestra cinematográfica fue la Sala Telefónica del Centro Cultural Roberto Cantoral, ubicado en Coyoacán.
La proyección fue presentada por los actores Blanca Guerra-también directora del AMACC- y Joaquín Cosio, así como por la directora de la Filmoteca UNAM, Guadalupe Ferrer. Ésta comenzó con imágenes inéditas de inicios del siglo XX e históricas de la Revolución Mexicana; archivos del ingeniero y cineasta Salvador Toscano y de los hermanos Alva, devotos a cortos documentales.
El público pudo viajar en el tiempo gracias al cine, y reconocer imágenes de importantes momentos en la vida nacional, como El Zócalo de la Ciudad de México, con tomas de 1898, 1900 y 1905, de Salvador Toscano; Desfile histórico de las fiestas del Centenario de la Independencia (1910), Viaje triunfal de Francisco I. Madero, de Ciudad Juárez a la Ciudad de México, y también algunas escenas multitudinarias de júbilo popular por el triunfo de la Revolución (1911) y de una manifestación celebrada en la ciudad de México el 1° de mayo de 1913, en conmemoración del Día del Trabajo, éstas de los hermanos Alva.
Seguido de los cortometrajes silentes, musicalizados por el Ensamble Cine Mudo, la mezzosoprano Lydia Cacho interpretó la canción Vendo placer, música del filme La Mujer del Puerto.
Finalizando la canción, inició la joya fílmica que cuenta con la actuación de Andrea Palma, quien logra demostrar una fuerza expresiva en su dramatismo, considerado como la primera gran actuación en un filme sonoro mexicano. La actriz retrata la historia de una joven provinciana que se dedica a la prostitución en el puerto de Veracruz, después de haber sido seducida y abandonada por su amante, así como devastada por la muerte de su enfermo padre.
El filme es uno de los pocos negativos de cámara del primer cine sonoro mexicano que aún se conservan íntegros, importante por su antigüedad y sus valores cinematográficos intrínsecos. A casi un siglo de su realización, su restauración era urgente debido a que sus imágenes y sonido están impresos en nitrato de celulosa. La restauración consistió en digitalizar su pista de sonido óptico, borrar parásitos que se habían añadido por el uso y el paso del tiempo, así como nivelación y ampliación del volumen. Se imprimió una nueva pista óptica de 35 mm ̶poliéster-, que garantiza la duración de este filme, por lo menos 100 años más.
El evento finalizó de manera repentina por un incidente con la digitalización final, explicó el subdirector de Restauración de la UNAM, Francisco Gaytán. Sin embargo, Guadalupe Ferrer aseguró que sólo faltaron escasos segundos para la finalización de La Mujer del Puerto.

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