Posted by Documental “El Espejo del Arte” on Lunes, 5 de Mayo de 2014
Para muchos el dinero siempre ha estado primero que cualquier otra cosa, haciendo que lo demás pierda su valor, incluso la vida. “El arte es un gran negocio”, es una frase que se escucha a lo largo del documental El espejo del arte, ya que en el mercado mueve 50 mil millones de euros al año en el mundo.
Cualquiera podría pensar que el arte es lo más rescatable que tiene la sociedad, porque los artistas expresan sus sentimientos, su obra refleja lo que pasa en cada época, son sensibles, tienen un pensamiento profundo e ideas abstractas. Todos estos argumentos e ideas que alguna vez hemos escuchado se reducen a cero y se ponen en tela de juicio en el documental del director Pablo Jato, en el que trabajó durante casi cinco años.
El polémico y controversial filme nació de la curiosidad, cuando Jato estaba en una feria de arte y comenzó a preguntarle a los asistentes sobre lo que era el arte. Al no tener una respuesta segura, ni siquiera de los galeristas, supo que ahí había material para hacer algo.
“No busco una respuesta en particular, el conjunto de respuestas dibuja el panorama, la idea es tratar de compartir con el público las entrevistas y que escuchen lo que he escuchado. No he querido imponer ningún concepto ni idea, que cada quien se haga la propia”, comentó Jato.
Y la verdad, es que en la actualidad no se tiene claro qué es arte y qué no; por qué es o no arte y quién tiene la última palabra para decidirlo. Muchas preguntas con muchas respuestas o a veces ninguna, cuestiones que ni siquiera los expertos, o los que deberían saber acerca del tema, pueden responder firmemente.
“Cuando vi el documental me pareció interesante exhibirlo porque plantea algunas preocupaciones que son bastante generalizadas”, aseguró Nelson Carro, director de programación de la Cineteca Nacional. “El tema de qué es el arte contemporáneo y por qué su valor y cómo darse cuenta de lo que se está viendo, sin duda es un tema complejo y está muy mezclado con el tema del dinero, las galerías, museos e instituciones”, continuó.
De igual forma esto sucede en diferentes disciplinas, por ejemplo en el cine, que también es una industria difícil y con bastante interés de por medio, pues sin importar si es bueno o no el trabajo, mientras la persona tenga el dinero, los contactos y recursos suficientes, será apoyado.
“Es una película que cuestiona realmente todo este mercado del arte, pero va más allá del mercado para hablar incluso del concepto del arte”, comentó Carro, ya que parte del arte que ahora es llamado contemporáneo pareciera escudarse detrás del argumento “lo que la gente interprete está bien”, agradeciendo la polisemia que esto provoca.
Asimismo, en ocasiones podemos sentirnos mal al no entender ciertas obras o lo que el “artista” quiso decir con su trabajo; nos hace preguntarnos por la capacidad de lectura que tenemos y del pensamiento tan abstracto que puede tener el autor de la obra, haciéndonos sentir tontos al no comprender su trabajo. Esto es lo que ocasionan los que se dedican a inventar artistas y aparentar que tienen un pensamiento diferente, para impresionar de cierto modo a las personas, y que no cuestionen demasiado.
En 95 minutos, el documental muestra la mafia que existe en el mundo del arte contemporáneo y desarma el teatro que muchos crean y solapan por conveniencia. El equipo realizó entrevistas a directores del Museo de Arte Carrillo Gil, Museo Soumaya, Museo Universitario de Arte Contemporáneo, Country Museum of Art, Museo Reina Sofía; directores de galerías de Madrid, Zurich, Berlín, Sao Paulo, Tokio, Barcelona, Ciudad de México, Los Ángeles, Nueva York, Estocolmo, Milán, San José de Costa Rica, Colonia, Dubai, Amberes y Buenos Aires, aunque no todas se utilizaron en el filme.
Cuestionamientos sobre los altos precios, o hacer que los galeristas convenzan de que no sólo es una insulsa pieza intentando ser arte, son temas que se exponen y a lo que algunos galeristas responden: “la verdad no sé qué decirte sobre la obra”, y otros argumentos que de alguna manera dan risa, pero si lo pensamos un poco, es demasiado cinismo.
Pablo Jato afirmó que llevan un año intentando meter el documental en más de una decena de importantes festivales de cine en México y Estados Unidos, pero que les cancelaban de la noche a la mañana la proyección en algún recinto, aún teniendo fecha confirmada, sin dar explicaciones. “Estábamos casi al borde de pensar que el documental jamás se iba a proyectar en ningún lado, hasta que llegamos a la Cineteca y Nelson nos abrió las puertas”, expresó.
El único museo que accedió a proyectarlo fue el Soumaya. “Nos dijeron que sí sin verlo”, aseguró Jato, y después del estreno no se volvió a transmitir en el recinto. Jato tampoco tuvo oportunidad de volver a hablar o comunicarse con alguien de ahí. De igual forma, ha invitado a algunos de los entrevistados que aparecen en el documental para que estén presentes en la premiere, pero tampoco asisten.
El documental fue filmado en México, España, Suiza y Estados Unidos. Es un proyecto sin fines de lucro y fue realizado con recursos propios, sin ayudas ni subvenciones públicas o privadas. La idea es que se entregue de manera gratuita a cualquier institución, pública o privada, para que sea proyectado, sobre todo en universidades para que los estudiantes puedan tener un debate sobre el tema, sin imponer ideas, que la gente saque sus propias conclusiones discutan sobre el tema.
El Espejo del Arte estará en la Cineteca Nacional durante dos meses. Consulta la cartelera para más información.