Imagina que tu respiración se convierte en una pieza de arte. ¿Cómo lograrlo? Haciendo que tus inhalaciones y exhalaciones pasen a través de un complejo mecanismo desde una habitación de acrílico, tubos de plástico y un sistema de ventilación, hasta una serie de bolsas de papel de estraza que se inflan y desinflan al compás de tu respiración. Se trata de la obra Respiración circular y viciosa (2013), de Rafael Lozano-Hemmer, parte de la primera exposición monográfica del artista, titulada Pseudomatismos, que presenta el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).
Es inevitable admitir que la vida de cada ser humano del planeta se rige a partir del gran fenómeno del siglo 20: la tecnología. “Aún si se vive en el pueblo más lejano se convive con la misma, pues el mundo que los rodea interactúa seis horas o más frente a un objeto de origen digital; tu país vive a través del intercambio de datos en una economía que no está sustentada por recursos; porque tu idioma está a punto de desaparecer gracias a la masiva concentración de medios de información que permiten las redes globalizadas; porque tu medio ambiente está siendo explotado, etcétera,;entonces la tecnología es algo por lo que podamos optar”, explicó Lozano-Hemmer.
El significado de Pseudomatismos tiene que ver con la finalidad misma muestra, que provoca la interacción del espectador con cada una de las piezas, aún sin proponérselo. Las obras van de un tamaño colosal, al abarcar una sala completa, a algo tan pequeño como nanopartículas de polvo de oro que flotan en el ambiente y son aspiradas por cada uno de los visitantes.
El ser humano tiene como herramientas para sobrevivir estos dones a los que conocemos como sentidos, los cuales Lozano-Hemmer tiene siempre en mente al momento de elaborar una pieza nueva. A lo largo de 23 años, el artista mexicano ha desarrollado instalaciones a partir de objetos electrónicos, como cámaras de seguridad, proyectores, robóticas, fotografías e instalaciones sonoras donde el oído, la vista y el tacto juegan una parte crucial en el encuentro del espectador con la obra
“Mi formación científica se ve reflejada en las obras, son obras nerd; hay algunas obras que tienen una explicación muy científica, y también intento que mis obras tengas más sustentos y cabos sueltos que la gente pueda agarrar”, comentó.
Entre esas piezas monumentales se encuentra Almacén de corazonadas, pieza que representó a México en la Bienal de Venecia en 2007, y en la cual los latidos del corazón de los visitantes se transforman en luz. Esto sucede cuando el espectador sostiene entre sus manos unos sensores que detectan su frecuencia cardiaca, la cual marca el ritmo al cual enciende uno de los focos que se han instalado en el techo; cada una de las luminarias tendrá entonces el ritmo de los latidos de un visitante, hasta completar la serie.
La muestra exhibe cinco piezas nuevas y otras que forman parte del acervo emblemático del artista, quien también estudio química y física en Montreal, Canadá. Rafael Lozano-Hemmer es un artista multifacético que mezcla diversas disciplinas en su trabajo, como la arquitectura, el performance y técnicas algorítmicas de computadoras en instalaciones interactivas.
Algunas de las obras que se encuentran en la muestra son Tensión superficial (1992), un ojo que sigue al espectador haciendo referencia al clásico de George Orwell, 1984; Reporteros con fronteras (2007), donde 864 videoclips de locutores de noticieros estadounidenses y mexicanos se presentan de manera simultánea; Solplano (2011) es una pantalla LED con un sistema de vigilancia computarizada, que simula la turbulencia en la superficie del Sol, mediante el uso de ecuaciones matemáticas; y Empaquetamiento de esferas (2013-2015), una serie de esferas donde se concentra en un solo dispositivo multicanal toda la producción musical de un compositor, inspirada tanto en Charles Ives y su técnica de simultaneidad como herramienta de composición, y la propuesta de John Cage, quien optó por dirigir las nueve sinfonías de Beethoven de manera simultánea. Cada esfera se activa al acercar el oído lo más cerca posible, con el reto de no tocarla.
“Trabajo con estos medios tecnológicos, no porque sean nuevos y originales, sino porque son inevitables. Nuestra economía, nuestra guerra, nuestra política, nuestra cultura está todo conducido a través de medios de comunicación globalizantes que no son opcionales. Es imposible preguntarnos cómo éramos antes de la tecnología. La tecnología es una segunda piel, no es una herramienta, no es algo que esté afuera de nosotros sino forma parte de nosotros mismos”.
El grupo de trabajo de Rafael Lozano-Hemmer está compuesto por arquitectos, ingenieros y artistas visuales, que ayudan a elaborar y programar las piezas; por lo tanto se organizaran series de conferencias como actividades paralelas para conocer y entender más a fondo la exposición.
Además del catálogo, se publicará una unidad de memoria USB que contiene absolutamente todos los códigos fuente utilizados para programar las piezas de la exposición. Cualquier programador podrá de esta forma tener acceso a los algoritmos y métodos que los ingenieros del estudio de Lozano-Hemmer desarrollaron para cada obra, en lenguajes C++, OpenFrameworks, Processing, Delphi, Assembler y Java. Será, a decir del Museo, la primera vez que el código esté disponible de manera abierta para cualquier persona.
Pseudomatismos estará disponible al público hasta al 27 de marzo 2016 en las salas 1,2 y 3 del Museo Universitario de Arte Contemporáneo.