Arte y Cultura

Sesión de escucha “rupestre”, en honor a Rockdrigo González, en la Fonoteca

Para revisar el legado musical de Rodrigo González “Rockdrigo”, quien murió en el temblor de 1985 sin que una casa productora  editara un disco suyo, tendrá lugar una sesión de escucha “rupestre”, dentro del el ciclo Iconos del rock mexicano, el lunes 24 de junio a las 19:00 horas, en la Fonoteca Nacional.

En compañía de Ricardo Bravo, Rodrigo de Oyarzabal (periodista) y Fausto Arrellin (músico), hablarán de los cuatro discos que por más de 25 años han sido referencia oficial de la obra del cantautor originario de Tamaulipas y radicado en la Ciudad de México.

El “rockantrovero” retomó el lenguaje usado por los jóvenes de una época, su significado y cadencia. Con sus “rolas filosóficas” retrató personajes outsiders de la urbe mexicana.

De acuerdo con Arrellin: “Sabemos que Rockdrigo grabó en un estudio particular el demo Hurbanistorias, mismo que vendía en el Tianguis del Chopo y luego de su muerte se convertiría en LP. Y que los discos restantes (No estoy loco, Aventuras en el DF y El profeta del nopal) fueron recopilaciones de grabaciones de tertulias y conciertos en vivo, la mayoría de éstos en circuitos universitarios”.

Pero en esta sesión de escucha –precisa Fausto Arrellin— compartiremos además las anécdotas de aquel “Rockdrigo” que con su vieja guitarra negra (tensada por ligas para no desafinar), ofrecía espectáculos de altura, haciendo gala de su gran habilidad y talento, así como de su posición frente a la cultura imperante.

El artífice de temas como Estación del Metro Balderas, No tengo tiempo, Asalto chido y Distante instante fue comparado con Bob Dylan, aunque se sentía mucho más cercano del poeta y guitarrista escocés Donovan.

La música  de “Rockdrigo” no formaba parte del canto nuevo ni del rock: era una música marginal como la de otros artistas que decidieron unirse y crear el llamado “Movimiento Rupestre”.

De acuerdo con el “Manifiesto Rupestre”, “Los rupestres son poetas y locochones; rocanroleros y trovadores. Simples y elaborados; gustan de la fantasía. Ellos le mientan la madre a lo cotidiano; tocan como carpinteros venusinos y cantan como becerros en un examen final del conservatorio”.

 

Fonoteca Nacional

Francisco Sosa 383, Barrio de Santa Catarina, Coyoacán

Informes: 4155-1007 y 4155-1010; informesfonoteca@fonotecanacional.gob.mx

 

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