Estamos ante la rauda era de la información. Debido al constante avance tecnológico que cada vez es más acelerado, nuestra interacción con lo que nos rodea es una metamorfosis inacabada.
Todos los ámbitos del desarrollo humano se han visto afectados por la tecnología, y el periodismo no es la excepción. Hemos pasado de esperar a la impresión del periódico a informarnos simplemente con nuestros aparatos electrónicos, para saber lo que sucede en nuestra colonia, ciudad, país o en todo el mundo.
El auge del periodismo digital amenaza a los fundamentalistas de los medios impresos ,y quien no se adapta está condenado a perecer en este orbe mediatizado.
Hoy en día, no se puede hablar de periodismo sin tecnología y por esta condición han ido surgiendo proyectos que buscan integrar estos dos conceptos, así como reflexionar en torno a cómo nos informamos y de qué manera repercute en nuestras vidas, como es el caso del Estimulo de Telefónica a la Comunicación (ETECOM).
Por cuarto año consecutivo, este concurso busca que estudiantes universitarios de las licenciaturas de Comunicación y Periodismo se comprometan ante su desarrollo profesional en el contexto contemporáneo.
El jurado, que estará conformado por reconocidos profesionales de la comunicación, elegirá al primer lugar, el cual concursará con sus similares de 11 diversos países latinoamericanos por una pasantía en Madrid, España.
En el lanzamiento de su convocatoria, que tuvo lugar en el Centro de Cultura Digital, se invitó a intelectuales como Raúl Trejo Delarbre, Miguel Ángel Pérez Álvarez y Alejandro Piscitelli para conversar en torno a este oficio tan fértil en las posibilidades que tiene para aportar al desarrollo de las sociedades.
Trejo Delarbre, quien es doctor en Sociología por la UNAM, habló sobre los rasgos que caracterizan el naciente periodismo digital. Desde el riesgo a la malinterpretación por las distintas versiones que se pueden encontrar en línea sobre un hecho, hasta la labor del periodista para jerarquizar y evaluar la noticia con la ayuda del hipertexto.
“Siempre se puede corregir una página web a diferencia del periódico, que una vez impreso queda como testimonio de aciertos y errores de quienes lo hacen, pero la velocidad de la información cuando viaja de un sitio a otro en internet, la propagación en redes socio-digitales y la propensión de no pocos internautas a la murmuración e incluso los engaños, propicia frecuentes confusiones y falsedades. La prensa digital, si es que aspira a la calidad tendrá la responsabilidad de evaluar y comprobar las murmuraciones que se difunden”, comenta.
Pero a pesar de este avance tecnológico, criticó a la prensa mexicana por su falta de compromiso para ejercer una visión crítica de los acontecimientos.
“El reportero de ahora no es distinto al que ilustró las páginas de la prensa durante todo el siglo XX. A las noticias hay que trabajarlas, perseguirlas, agarrarlas, desmenuzarlas, cuestionarlas con una seguridad que sólo puede estar nutrida en la duda y el trabajo incesantes, y esa es una rutina que ha sido infrecuente en la prensa mexicana y mucho me temo que escasea también en la joven prensa mexicana”.
No obstante, mantiene una perspectiva positiva de esta apertura hacia lo digital.
“No hemos tenido un periodismo que vaya más allá de la recolección de declaraciones y que ponga a los hechos en el centro de las notas y reportajes. La prensa en línea podría contribuir a la muy postergada renovación del periodismo escueto y superficial”.
Asimismo, celebra la existencia de este tipo de proyectos para la concientización de las nuevas generaciones para informar de manera crítica, que es más que necesario en un ambiente donde la censura y la violencia hacia este gremio han vulnerado su desempeño en el país.
“Creo que es muy pertinente que haya reconocimientos como el estímulo de Telefónica a la comunicación, que reconoce el trabajo de quienes ya son comunicadores aunque se encuentren en la universidad, y que se desenvuelven con creatividad y originalidad para hacer periodismo en el entorno digital. La vocación para expresarse, que siempre es una de las mejores virtudes de los jóvenes en estos tiempos mexicanos, se vuelve urgencia social”.
Debido a su labor como coordinador de Educación a Distancia en el Sistema de Educación Abierta y de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Pérez Álvarez lleva gran parte de su vida inmerso en el mundo digital desde su nacimiento a finales del siglo XX.
“Los cambios que trae la cultura digital a nuestras vidas es de tal contextura que ni siquiera nos imaginamos lo que se está transformando. No se transforma el soporte de la información, de una cosa impresa, de un papel, de un libro, a una tableta electrónica o a eso que llaman teléfono, que es un dispositivo de convergencia digital. Lo que se transforma es el modelo cognitivo”, señaló.
También enfatizó en los peligros de una sociedad que se informa a partir de información manipulada o incompleta, abordándolo desde una perspectiva ética, ontológica y analítica hacia el conformismo de la mayoría en la prensa nacional.
“Para poder tomar decisiones en una sociedad como la nuestra, lo elemental, lo esencial, es estar bien informados. Y si la información nace de fuentes que no asientan la búsqueda de la verdad en una conducta, no sólo moral sino básicamente fundamentada, razonada en la ética; lo que tenemos los ciudadanos para tomar decisiones es muchísima información sesgada. Creo que uno de los grandes problemas que está enfrentando la sociedad mexicana es que enfrentamos información que responde a intereses. Cuando una persona va, toma un boletín de prensa y solamente lo reproduce en una nota no se ve un ejercicio de periodismo crítico, no se ve una reflexión, no se ve un análisis”.
Respecto al ETECOM, incita a los participantes a no olvidar el compromiso ético que tiene el periodista para construir la realidad junto con la audiencia, la cual se ha vuelto participativa en el soporte digital.
“Este concurso debe alentar no tan sólo el hecho de manejo de FTP (Protocolo para la Transferencia de Archivos, en español) o CSS (Hoja de estilos en cascada, por sus siglas en inglés), sino algo más importante me parece, que es el tratar de comprender cómo el periodismo es la fuente por antonomasia de comprensión en la realidad en la que vivimos”.
El diálogo fue concluido con la participación del filósofo argentino, Alejandro Piscitelli, quien también es experto a nivel internacional en el e-learning (aprendizaje electrónico).
“Estamos viviendo en la era del periodismo post-industrial; es un periodismo que por un lado tiene que seguir haciendo lo que siempre hizo en los últimos 50 años, que era reportar acerca de algo que en algún lugar alguien no quiere que sea publicado. Esta cuestión de lo oculto, de lo que no se quiere visibilizar; esta cuestión de los intereses particulares. Algo que el periodismo quiere reportar va a molestar a muchos, y es un buen periodista si molesta a muchos. Si no molesta no es periodismo, es crónica; es simplemente un comunicado de prensa”.
Además de centrar la expectativa principal de un periodista en la actualidad, refuerza su importancia sobre las redes sociales y los algoritmos que pretenden reemplazarlo; en vez de eso, es desplazado hacia lo alto.
“El periodista no es más el que se entera de lo que está pasando; sube en la cadena estratifica de la producción de noticias y se convierte en un evaluador, se convierte en un crítico, se convierte en un analista”.
Así que este proyecto presenta la base ideal para reflexionar en torno al quehacer que tenemos como periodistas que se desarrollan en un nuevo entorno, que aún está por descubrirse. Más que la extinción de los medios impresos, este nuevo ecosistema comunicativo promete una expansión en nuestros modos de expresión y una reinterpretación a los soportes tradicionales, justo como ocurrió con la pintura ante el surgimiento de la fotografía, y el teatro ante el origen de la televisión.
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