Nueva York, primera mitad del siglo XX. Toda la ciudad está iluminada de manera inalámbrica, al igual que sus telecomunicaciones. Los automóviles son cosa del pasado porque existen vehículos voladores que proliferan en los cielos, no sólo en la urbe cosmopolita, sino en las demás ciudades alrededor del mundo, por medio de la Red Mundial.
La Aurora —manto lumínico creado por la manipulación electromagnética de la atmósfera— envuelve Nueva York al anochecer; los autómatas han reemplazado a los seres humanos para realizar las tareas más tediosas y peligrosas tanto en la vida civil como en la militar; y el control del clima está al alcance de la mano.
¿El problema? A pesar de que estos inventos están basados en las propuestas de Nikola Tesla, el científico de origen serbio permanece olvidado en el Hotel New Yorker, mientras Thomas A. Edison, Guglielmo Marconi, Henry Ford y J.P. Morgan Jr. se han adjudicado el crédito de los mismos, para controlar económicamente al resto del mundo.
Tesla y la conspiración de la luz (Ed. Planeta, 2014), de Miguel A. Delgado (1971), es una ucronía —novela histórica alternativa— que cuenta cómo se hubiera desarrollado la historia si las alucinantes concepciones científicas del creador de la corriente alterna fueran masificadas para el uso público, revolucionando completamente el estilo de vida. Igualmente “es una novela de aventuras y de misterio”, de acuerdo con el autor.
Se desarrolla en “un Nueva York en el que las ideas del inventor Nikola Tesla se han llevado a la realidad, incluso las más disparatadas. El protagonista, Edgar Kerrigan, es un joven que cree como todo el mundo que Edison es el que ha traído esa civilización tecnológica. Después conoce a Tesla, que fue el que en realidad lo inventó todo, y a raíz de eso se involucra en una aventura”, dijo Delgado en entrevista para Arte y Cultura.
A pesar de lo irreal que puede parecer una ciudad cosmopolita con tecnología inalámbrica y libre de la contaminación de combustibles fósiles en la década de los 30, el contenido de la novela se sustenta en la experiencia del autor en torno a la figura de Tesla, ya que ha editado y prologado dos recopilaciones de escritos del inventor: Yo y la energía (Ed. Turner, 2011) y Firmado: Nikola Tesla (Turner, 2012).
“Está escrita con todo el rigor. Por fantástico que parezca lo que aparece es lo que Tesla pensaba de cómo iba a ser el futuro; y no me importa decir que es una obra que disfruté muchísimo escribiendo y que espero que el lector también disfrute. Ya había publicado varios ensayos sobre Tesla, pero me interesaba sobre todo hacer una ficción que permitiera llegar a un público más amplio. Es por eso que escogí este formato”.
Al tratarse de su primer texto de ficción, el periodista y divulgador científico español ha logrado trascender en sus obras la barrera entre lo ficticio de una novela y lo objetivo de un ensayo, por lo cual tiene la certeza de que, a pesar de la libertad que ofrece la novela, su propósito yace en apegarse a la realidad tesliana.
“Mi intención es mostrar a Tesla como alguien vivo, alguien que no está en un urna de cristal. Aunque estés creando algo de ficción tienes que ser coherente con la verdad, y ahí emplee todos los años de documentación, de investigación en torno a Tesla y todos los personajes que le rodearon. Eso era algo que tenía muy claro”.
Asimismo, la publicación de esta historia se enmarca en la reciente popularidad que ha ido ganando el famoso científico en las últimas décadas, y como muchos, Delgado se reafirma como uno de sus seguidores.
“Me lo encontré de casualidad. En mi caso fue leyendo El palacio de la luna, la novela de Paul Auster en la que uno de los personajes describe a Nikola Tesla en diez páginas, contando su alucinante vida. Cuando lo leí me quedé fascinado, pero con la duda de si verdaderamente era real. Busqué más información y para mi sorpresa era real. Esa historia que parecía absolutamente de ficción era real y ahí empezó mi particular obsesión con Tesla, que al principio ni siquiera tenía la intención de publicar algo, sino de querer saber más y aquí estamos y seguimos con Tesla porque además es inagotable”, comentó.
Respecto al futuro que creó en el libro, el escritor considera que es posible y espera poder presenciarlo; al menos sin perder la esperanza de manejar un auto volador.
“Creo que es un futuro que podía haber sido real y quiero creer que todavía no hemos perdido la oportunidad de que al menos una parte de las ideas que aparecen en la novela se vuelvan realidad”.
Además de sus escritos sobre Tesla y su participación como comisario de la gran exposición Nikola Tesla: el futuro me pertenece, que actualmente se exhibe en el Centro Nacional de las Artes, Miguel A. Delgado también participó en otra exposición, dedicada a Julio Verne.
Como periodista y crítico cinematográfico ha colaborado en medios como El Correo, La Vanguardia, ABC y El Español.
En cuanto al futuro, Delgado se encuentra en el proceso de finalizar otra novela que se publicará a finales de este año y no descartó la posibilidad de una trilogía que continúe el legado de Tesla y la conspiración de la luz.
La novela definitiva sobre el genio olvidado que iluminó el mundo. Una gran aventura. La historia que pudo ser.