William Kentridge: Fortuna es una revisión general de la asociación de distintos medios y disciplinas en la obra del artista sudafricano, desde los ochenta hasta la actualidad.
Curada por Lilian Tone, la exposición que presenta el MUAC pone en evidencia la manera en que se conjuga y articula la multidisciplinareidad en el trabajo de William Kentridge (1955), quien se vale del grabado, el collage, el libro, la escultura, las artes escénicas, el dibujo y la cinematografía para presentar elocuentemente un diálogo entre lo político y lo poético, hondamente marcado por el complejo contexto de su lugar de origen.
“William Kentridge es precisamente un artista que trabaja desde diferentes plataformas, diferentes medios. Por un lado está el grabado, el dibujo, incluso el collage, el video, una especie de video-performance también, porque muchas veces se representa a sí mismo haciendo cosas en los videos; la animación cuadro por cuadro. También ha trabajado en el diseño de escenografías para puestas en escena y ha diseñado dispositivos ópticos”, comentó Amanda de la Garza, curadora adjunta del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).
Tocando temas como el colonialismo y el apartheid, Kentridge utiliza el humor y la fantasía para propagarse hacia tópicos universales como la memoria, la fugacidad y la representación artística bajo un estilo fluido, fundamentado en el movimiento y la transformación.
“La situación de los artistas en Sudáfrica, antes de que terminara el apartheid, era casi de total reclusión, es decir, los ciudadanos sudafricanos no podían viajar a otros países porque les eran negadas las visas. No les llegaba información de ningún lado. Algo muy interesante que ha mencionado Kentridge en varios momentos tiene que ver con la influencia que tuvo el muralismo en su obra, y el grabado, en particular (José Guadalupe) Posada y otro tipo de grabadores mexicanos del siglo XX.”
Como se puede inferir del título de la exposición, el artista adopta la noción de “fortuna” como principio creativo en su obra. La denomina como un tipo de casualidad dirigida, en donde existe tanto la posibilidad abierta como la predeterminación. Alude al devenir de un arte en constante construcción y enfatiza su proceso artístico interrelacionando varios medios.
“Los caminos a partir de los cuales se desarrolla la creación artística (de Kentridge) son muy oblicuos; es decir, no son como yo tengo una idea, la ejecuto y éste es el resultado, sino para llegar a ese resultado hay muchos caminos laberínticos, cruzados, de no saber qué hacer, de hacer algo y luego retractarse, de borrar”.
Fortuna abarca un total de 38 dibujos, 27 películas, 184 grabados y 35 esculturas, y estará abierta al público hasta el 21 de junio.