Hace casi dos años que Frida y Diego salieron de viaje. En esta travesía, pasaron por Alemania, Canadá, Estados Unidos y Francia. Finalmente regresan a México, a su espacio, al recinto que conserva la colección más grande de obra de Frida Kahlo y Diego Rivera: el Museo Dolores Olmedo.
Como parte de las celebraciones por el 20 aniversario del Museo, que cumplirá el próximo 17 de septiembre, el público podrá redescubrir las obras de esta pareja de artistas, gracias a la nueva mirada que ofrece la museografía en las salas principales.
“Estamos muy contentos de que Frida y Diego vuelvan al Museo, luego de su exitoso paso por otros países. Confiamos en que el público mexicano tenga un renovado interés en acercarse a estas obras y que se asombren tanto como lo han hecho los admiradores del arte fuera de México”, afirma Carlos Phillips Olmedo, director del Museo Dolores Olmedo.
El nuevo discurso museográfico presenta la obra de Diego Rivera y Frida Kahlo de manera temática-cronológica. Además, los muros sobre los que cuelgan las obras tienen colores diferentes, elegidos luego de diversas pruebas y contrastes, para resaltar las características plásticas de los óleos y acuarelas que se presentan.
La selección de piezas de arte prehispánico de la colección permanente también cambió.
Las obras de Diego Rivera dentro de la colección permanente están dispuestas de la siguiente manera:
– Influencia de Europa: obras de la etapa cubista y con inspiración de las vanguardias artísticas, que datan de 1907 a 1914, etapa que Rivera vivió en Francia y España. Incluye el Autorretrato con chambergo, El joven de la estilográfica, las diversas naturalezas muertas cubistas, así como los paisajes españoles con fuerte influencia de Cézanne.
– Obra mural: colección de litografías para la serie de murales de la Secretaria de Educación Pública; apuntes para los murales de la Universidad de Chapingo; bocetos de murales portátiles y la obra Fondos congelados, hechos para el MoMA en 1931. Se presenta al público el proceso creativo para realizar un mural, desde el dibujo, pasando por el estarcido hasta la obra final.
– Desnudos: La bailarina afroamericana Maudelle Bass fue retratada por Diego Rivera en tres obras que aquí se muestran. Además, se incluye la litografía Desnudo de Frida, y el boceto de Desnudo con alcatraces, piezas que han sido vistas pocas veces.
– Retratos: El retrato de Dolores Olmedo vestida de tehuana cambia por primera vez de lugar. En esta sala, lo acompañan los retratos de los hijos de Dolores Olmedo, así como de otros personajes como Pita Amor, José Pomar, Angelina Beloff y Alberto J. Pani.
– Mexicanidad: Rivera fue uno de los más importantes representantes de la llamada Escuela Mexicana de Pintura. Se presentan algunas acuarelas y óleos que retratan escenas de la vida cotidiana en México, como La canoa enflorada y La familia.
– Rusia: Tras ser diagnosticado con cáncer, Diego viajó a Rusia con la idea de encontrar la cura a su padecimiento. Ahí observaba a los niños que jugaban afuera del hospital, a quienes pintó como Niño del Sputnik. También se incluyen algunos paisajes nevados.
– Últimos años: Dolores Olmedo le ofreció al maestro Rivera su casa en Acapulco para que descansara y convaleciera de la enfermedad. Ahí produjo una serie de puestas de sol, de las cuales presentamos 20. Una de las últimas obras del pintor fue Las sandías, motivo que coincide con la última obra de Frida Kahlo (Viva la vida).