Cuando recibí la invitación para conocer un proyecto llamado CICLO, lo único que entendí fue que habría murales de arte urbano y me lancé sin saber qué esperar. Al final del recorrido, mi corazón se sentía todo calientito de felicidad, pues este proyecto es una iniciativa llena de actividades que, en lo personal, todos deberíamos de tener en mente a diario.
CICLO es un proyecto que busca el mejoramiento del medio ambiente a través de disciplinas como el arte, la arquitectura y la sociología. Estas disciplinas serán aplicadas a nueve espacios de la Delegación Magdalena Contreras, lo que hace las cosas más interesantes, al no enfocarse sólo en el Centro de la Ciudad de México.
El recorrido comenzó en el Foro Cultural, un lugar lleno de historias que jamás me había imaginado, y que aparte de ser la única región de la Ciudad que goza del último río vivo rodeado de áreas verdes, cuenta con un recinto enorme que pasó de ser una fábrica de textiles a uno de los sitios artísticos más importantes de la zona.
Laura Reséndiz, coordinadora del proyecto, relata que el Foro fue conocido como la Fábrica “El Águila”, construido en 1849, y mientras ésta acogía a los patrones, las casas vecinas alrededor pertenecían a los obreros que trabajaban ahí. Tras una larga lucha por parte de los trabajadores, la fábrica fue clausurada para después convertirse en este hermoso espacio cultural.
En la parte trasera del Foro se encuentra un majestuoso jardín que cuenta con una torre de aproximadamente cinco a seis metros de altura, la cual fue intervenida por el artista urbano Nazh. A lo largo de la torre una mujer, interpretada como la Madre Tierra, sostiene en sus manos el agua que, como explica el artista, es la base fundamental para la vida en el planeta. Alrededor de ella se admiran rastros de fauna, pececillos y en lo alto de la estructura hay un águila, en conmemoración al nombre original del recinto.
Después viajamos a la colonia conocida como El Tanque, donde los talleres artísticos transformaron paredes grises y sobrias en coloridas obras de arte, como se hizo con la fachada de la casa de Doña Enedina Vásquez. El artista urbano Mestizo plasmó el rostro de una mujer de orígenes indígenas, respaldada por un enorme maguey, recordando a los vecinos la importancia de ambos en la lucha de este territorio. Además del mural, varios vecinos se comprometieron a limpiar el parque que se encuentra justo enfrente de sus hogares, pues éste era utilizado como basurero.
Al platicar con los vecinos surgió una de las inconformidades más preocupantes, que es justamente la de la basura, y el abuso que muchos hacen de los espacios públicos para depositar sus desechos. Cometan que varias veces han acudido a las autoridades para buscar una solución, pero simplemente no ven ningún resultado.
La imaginación y creatividad de los miembros de CICLO, combinada con la de los vecinos, los llevó a construir macetas con llantas viejas que recaudaron entre ellos.
Al ver los resultados de la obra de Mestizo, los residentes del Tanque se animaron a pedir un mural más en un parque localizado a una cuadra de distancia, tarea que se le otorgó al joven artista Diego Zeleya, quien con tan sólo 25 años de edad ha sorprendido a la comunidad con su gran talento, pues es la primera vez que algo así se lleva a cabo en esta sección de la Ciudad de México y, por lo tanto, en los ojos de la comunidad el graffiti ha dejado de ser un acto de vandalismo para convertirse en obras maestras de artistas urbanos.
En total se eligieron nueve lugares para ser intervenidos: El Foro Cultural; Casa de las Bellas Artes; Parque de las Torres – El Tanque; Parque el Caracol; Plaza Benito Juárez; Parque la Estación; Plaza Escuela Superior de Guerra y la Plaza Lídice. En estos lugares se llevarán a cabo talleres como Diseño del Entorno, donde se abarcan temas como el ciclo de la vida, el ciclo del agua y los huertos urbanos; Arte, impartiendo técnicas artísticas, pintura urbana y contemporánea; y uno titulado Taller de Microhistorias, donde los participantes podrán hablar de su identidad comunitaria, pues a través del uso del arte y el trabajo de la introspección, se podrá entrar en las historias de las personas, los documentos familiares y los objetos que han permanecido con ellos a través del tiempo, y así, podrán recordar y entender los acontecimientos que sucedieron en el lugar que ellos llaman hogar, al compartirlos con los demás vecinos de diferentes generaciones.
Al final de las intervenciones en cada espacio, se realizará una celebración de músicos locales y bailes llamada Domingo Bailador, como agradecimiento por el esfuerzo por parte de los vecinos involucrados en las transformaciones de los espacios. En este evento se exhibirán documentales, cortometrajes y fotografías sobre el proceso de las actividades, al igual que una exposición de la historia del lugar, conformado por fotografías y objetos recaudados en el taller de microhistorias.
Hay veces que el ritmo acelerado de nuestras vidas nos hace olvidar el medio ambiente, al estar rodeados por una suma inmensa de automóviles, de basura, de carreteras y construcciones inmensas, y no tomamos en cuenta la importancia de los colores que brinda la naturaleza y los beneficios que trae la conservación de áreas verdes, por lo que CICLO busca crear conciencia de estas temáticas, para así expandir este proyecto a nivel nacional.
Esta iniciativa está conformada por organizaciones como La Cuadra A.C., Huerto Roma, Isla Urbana, Anonymous Gallery y el apoyo de CONACULTA.