Después de dos días de asombrosa música vanguardista y experimental, Bestia Festival concluyó su 3ra edición en el Auditorio Nacional con un espectáculo audiovisual que probablemente no se repetirá: la premier latinoamericana de El gabinete del Dr. Caligari (Das Cabinet des Dr. Caligari, 1920), musicalizada en vivo por el mismo John Zorn (1953).
A pesar de tratarse principalmente de un encuentro internacional de música, Bestia apostó por la proyección de la versión restaurada de la primera película de terror en la historia y efigie del expresionismo alemán, la cual engloba el sentir de la nación centroeuropea tras su derrota en la Primer Guerra Mundial y, al mismo tiempo, predice el surgimiento del nazismo como Estado totalitario.
La versión de esta película silente —a cargo de la Fundación Friedrich Wilhelm Murnau y la multinacional Bertelsmann— se caracteriza por la limpieza, arreglo de partes, inclusión de fotogramas y el regreso a la coloración original de tonos sepias y verdes, lo cual era común en las películas de dicha época, ya que tienen la intención de intensificar las escenas por medio de procesos de entintado —justo como lo hacía Georges Méliès con algunas de sus películas décadas antes—.
Exhibida previamente en Berlín y París, la oportunidad de ver El gabinete del Dr. Caligari en México era única y, teniendo en cuenta eso, cientos de espectadores llegaron al Auditorio Nacional entusiasmados por verla mientras John Zorn la musicalizaba en vivo, con el Órgano Monumental del recinto, que pocas veces se ha utilizado y que es el más grande de Latinoamérica.
Comenzando puntualmente, la pantalla en el escenario dio paso al oscuro y retorcido estilo visual de la cinta que, por medio de luces y sombras, al igual que las desmedidas actuaciones de los personajes, acentuadas por el peculiar maquillaje y sus vestuarios, presentaban una atmósfera enloquecedora que sirvió de contexto para la historia del Dr. Caligari (Werner Krauss), un demente hipnotista que emplea técnicas sugestivas para controlar a Cesare (Conrad Veidt), un sonámbulo que lleva a cabo asesinatos que sacuden a la población de Holstenwall, una villa de aspecto surreal y lúgubre.
Tras el asesinato de su amigo, Francis (Friedrich Feher) jura dilucidar los crímenes y encontrar al culpable. Siendo también el que presenta la historia a manera de flashback mientras se la cuenta a un anciano, Francis triunfa al desenmascarar al Dr. Caligari como el culpable, pero al mismo tiempo descubre que es el director de un manicomio. A partir de ese momento, la historia comienza a contorsionarse en una vorágine de delirios psicológicos, hasta el punto de descubrir que Francis y el resto de los personajes son pacientes del mismo recinto psiquiátrico, lo cual da a entender que el Dr. Caligari fue una supuesta invención del mismo Francis, debido a su estado psicótico.
Trasladando la aproximación narrativa de la historia al contexto sociopolítico de la Alemania de entreguerras, este clásico del cine silente manifiesta, en esencia, la desconfianza hacia las figuras de autoridad, nutrida naturalmente por el entorno caótico de una nación derrotada y en plena crisis de identidad.
En el aspecto musical, Zorn se distinguió por una puntual y variada interpretación en el órgano, instrumento renacido en el siglo pasado para ser usado en las bandas sonoras de diversas películas.
Como salido de El fantasma de la ópera, Zorn era la única figura en el escenario que, dando la espalda a la audiencia, se encontraba sumergido en la polifacética capacidad tímbrica del instrumento que contrastaba lo visto en la película, denotando tanto los momentos misteriosos como los terroríficos en estructuras orgánicas, dando la sensación de viajar al pasado y estar viendo el estreno de una cinta muda en algún antiguo teatro europeo.
Al finalizar, más que quedar aterrorizado, el público tuvo la oportunidad de redescubrir la era silente del cine alemán y aproximarse a una estructura narrativa que mantiene vigencia hoy en día a pesar de la enorme distancia tecnológica entre El gabinete del Dr. Caligari y la más reciente producción cinematográfica de horror o suspenso.
Familiarizado con la producción musical para documentales, películas y animaciones, John Zorn recibió una merecida ovación al concluir su interpretación, y de esa manera terminó con su participación como curador de la programación de Bestia Festival. Ahora, después de cumplir con las expectativas, sólo queda esperar a ver lo que los organizadores del Festival prepararán para su próxima edición.