Lo que queda de cielo es una de esas historias que duelen, en lo más profundo. Es una de esas donde nos dan ganas de cantar una ranchera y ponernos una larga borrachera para ver si nomás así se nos olvida, pero ésta, a diferencia de otras, no es una historia de desamor sino de todos los que habitamos en este paisito llamado México, donde ni Dalí logró comprender lo surreal que podía llegar a ser.
La historia de muchas mujeres, entre ellas niñas que día con día desaparecen de sus casas para saldar deudas entre familias, pandillas o carteles, es un cotidiano para muchos lugares y zonas del país. La trata de blancas es una realidad a la que nos enfrentamos todo el tiempo y se ha convertido en un fenómeno que, debido a la falta de oportunidades para las nuevas generaciones, se vuelve una opción de supervivencia; en ocasiones, dependiendo de sus realidades y sus contextos, también puede ser el único camino para salir adelante.
En esta obra de Camila Villegas pareciera que hay sólo tres personajes en escena, pero las intensas y reales actuaciones de María del Carmen Félix, Mauricio Montes y Raúl Aranda nos dejan en claro que son más, que son más de 43 y que todos y cada uno de los que estamos ahí sentados somos parte de la historia, que no nos es ajena y que éste es un tema ante el cual no podemos permanecer inertes.
La dirección de Aida Andrade hace que las actuaciones sean poderosas y que, de un momento a otro, pareciera que de verdad nos encontramos en un pueblo desolado, lleno de polvo y con mucho calor en algún lugar del norte del país, con botas y bailando unas rancheras en una fiesta de 15 años. Ésta es una parada obligada con el calor de primavera y una historia que, además, hay que ver acompañados para tener con quien desahogarnos cuando todo termine.
Lo que queda de cielo se presenta los martes y miércoles a las 20:30hrs. en el Foro A Poco No (República de Cuba no. 49) del 12 de abril al 25 de mayo, a las 20:45hrs.
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