por Daniela Uribe
Si pensabas que sabías todo sobre la cultura japonesa porque conoces el anime y sus famosísimas caricaturas, como Dragon Ball Z, estás equivocado. La compañía japonesa Hachioji Kuruma Ningyo nos introduce al arte de los títeres de una forma más espiritual, sin dejar a un lado el entretenimiento.
Hachioji Kuruma Ningyo comenzó en 1861 por Nishikawa Koryu I y en 1983 fue considerado Patrimonio Cultural Intangible de Tokio. El nombre se traduce como títeres rodantes, pues el titiritero se sienta en un carrito de tres ruedas y desde ahí manipula al títere, que llega a medir hasta 1 metro 40 de estatura. Al principio de su creación, las obras de títeres se ofrecían a los Dioses en forma de rituales y, conforme fue pasando el tiempo, se modificaron para el público, obviamente sin omitir los rituales. Algunas piezas aún manifiestan pequeños rituales dirigidos a la buena fertilidad, por ejemplo.
Esta obra, que forma parte del programa de la 42 edición del Festival Internacional Cervantino y se presenta hoy a las 18:00 hrs. en el Teatro Cervantes, en Guanajuato, relata la historia de Anchin, el hombre que abandonó a su novia, la princesa Kiyohime, quien posteriormente se convierte en serpiente tras la desdicha y un corazón roto.
En las puestas en escena los títeres no tienen voz; sin embargo, las historias son relatadas por un joruri (cantor) y se acompaña con un músico que toca el shamisen, un instrumento de tres cuerdas que suele ser muy popular en las artes escénicas en Japón. Existen varios estilos de narración, pero los más emblemáticos del arte titiritero son el joruri que llega a tener hasta 10 estilos y el gidayu, que se utilizará en la presentación. “El gidayu no es sólo música, sino también abarca el aspecto teatral, por lo tanto favorece el escenario en el que están los títeres”, comentó Koshiko Takemoto, una de las voces privilegiadas de las artes escénicas japonesas.
Las técnicas utilizadas en las piezas son específicas y preservadas por la tradición y la transmisión de padres a hijos. Nishiwawa Koryu V, el director actual de la compañía, comenta como los titiriteros reflejan y expresan sus vivencias a través de los títeres, lo que hace de las piezas un acercamiento más personal hacia la audiencia.
Este programa comenzará con una danza ceremonial sambaso, la que reza por el éxito del escenario, y consiste en una petición por la buena cosecha y la pesca.