por Gerardo López
@grardolpzlm
¿Cuántas veces no hemos sufrido tras una ruptura amorosa? Cuando no funcionan las cosas y todo lo vemos oscuro emerge la clásica pregunta: ¿Por qué a mí? Y lo más importante, ¿qué sigue después? En el montaje de La voz humana se plantean estas cuestiones propiciando una profunda reflexión, al igual que las problemáticas que se suscitan en los vacíos comunicativos entre las personas.
La historia se basa en el texto homónimo del multidisciplinario Jean Cocteau (1889‒1963), el cual expone a una triunfante escritora que, tras una ruptura amorosa, desahoga su amargura en un teléfono, mientras habla con un misterioso hombre al otro lado de la línea.
A diferencia de la obra original escrita en 1930, el director Antonio Castro la adaptó a un contexto mexicano con una mujer del siglo XXI.
“Cocteau escribió esta obra impactado por lo que sucedía con un invento que revolucionaba en esa época el vocabulario emocional del mundo: el teléfono. A mí me pareció que nosotros vivimos en esta época igual de impactados con esta tecnología, cuyas consecuencias aún desconocemos”, comparó Castro.
La protagonista es encarnada por la actriz Karina Gidi, quien se encarga de expresar la desesperación y el abandono de una mujer aferrada a pasados recuerdos felices. Sin embargo, después de la autodestrucción, la mujer abnegada se abre a distintos matices emocionales que parten del sufrimiento hacia algo provechoso.
“Es una mujer que tiene conciencia de sí misma y de lo que le pasa, pero toda esa inteligencia no la exime del dolor de una separación y una ruptura después de una relación intensa”, señaló el director.
Dicho conflicto emocional y existencial se ve reflejado en la escenografía, iluminación y vestuario de la obra, realizado por Ingrid Sae. Lo visual juega un rol primordial para expresar lo que ocurre en el interior de la protagonista que en un principio se encuentra sumida en un mundo monocromático que se irá coloreando conforme avance el relato.
La historia se desenvuelve en la intimidad de una habitación en la que Gidi, vestida con una atrayente bata roja y pijama parda, da cuenta del histrionismo de su personaje, que la frena para alcanzar una reinvención de su persona.
Respecto a la actuación Karina Gidi explicó: “Si es una historia que no tiene que ver con uno, es difícil hacer la conexión con el público o generar algún tipo de empatía, por eso creo que hay que volverlo todo personal. En este caso es una situación fácil de identificar y reconocer”.
La voz humana se presenta en el Centro Cultural Helénico (Av. Revolución 1500, San Ángel) hasta el 24 de noviembre, con funciones los lunes a las 20:30 horas. El costo por boleto es de $200 pesos.