A finales de junio llegaron Miguel Ángel Buonarroti y Leonardo da Vinci a la Ciudad de México, como portavoces del arte renacentista en dos magnas exposiciones en el Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA).
Al ser excepcional la exhibición de las obras de estos grandes artistas en territorio mexicano, otros museos han decidido aprovechar la oportunidad para unirse y aportar, desde sus respectivos dominios, una mirada a esta singular etapa histórica.
Sumándose al MPBA, el Museo Nacional de San Carlos (MNSC) y el Museo Interactivo de Economía (MIDE) unen esfuerzos para presentar el circuito Renacimiento, Tres miradas, el cual estará presente todo el mes de julio, con el objetivo de ofrecer un amplio panorama de dicha época y sus repercusiones en distintos ámbitos.
El MNSC ha decidido sacar de la bodega 34 piezas de su acervo permanente para presentarlas en dos gabinetes, que buscan complementar las que se encuentran en el Palacio de Bellas Artes.
Renacimiento. Influencia imperante en estilos y escuelas europeas es la exposición que se divide en dos salas dedicadas a presentar la clave del arte renacentista: el estudio de la fisonomía humana. A través de la anatomía, las obras muestran las proporciones ideales en el plano físico que visualizaron los artistas desde el aspecto científico.
El primer gabinete contiene piezas de artistas influenciados por Miguel Ángel y Leonardo da Vinci, como Pieter de Kempeneer, El Pontormo, Andrés de la Concha, José de Ribera, El Tintoretto, entre otros, y se encarga de recrear la belleza y perfección del cuerpo humano en sus composiciones, con una fuerte carga humanística. Los desnudos cobran protagonismo porque representan la belleza y se vuelven un sello distintivo del arte renacentista.
El segundo aborda el carácter estético de la perspectiva como técnica estilística, perfeccionada en el apogeo del Renacimiento, al mismo tiempo que se enlazaba la naturaleza con el ser humano.
El Renacimiento fue un periodo histórico que cambió radicalmente la cultura del mundo occidental, tanto en lo económico y social, como en la ciencia y el arte.
Teniendo su pleno desarrollo durante los siglos XV y XVI, fue la transición entre la Edad Media y el mundo moderno, centrándose en el humanismo. Es decir, se pasó de un teocentrismo a un antropocentrismo.
El Renacimiento tomó al ser humano como el protagonista de toda representación y expresión cultural, tomando como base la cultura clásica grecorromana, con la intención de profundizar la forma en que se percibía el mundo y el ser.
Al tomar la cultura grecorromana como modelo ideal, se retomó el uso de figuras y personajes mitológicos adaptados al cristianismo. Asimismo, el género del retrato cobró gran importancia por los encargos que recibían los artistas renacentistas por parte de mecenas y la naciente burguesía.
“Es importante que sepan que el Museo Nacional de San Carlos es la casa de los grandes maestros europeos. Así pues, nosotros lo que quisimos es traer las piezas, muchas de ellas están en la exposición permanente, pero muchas otras se encontraban en bodega, y es subirlas precisamente a la sala permanente del Renacimiento para poder mostrar al público lo que es de todos los mexicanos”, enfatizó la directora del MNSC, Carmen Gaitán Rojo.
Por su parte, el MIDE presenta la exposición El Renacimiento en el MIDE. En ella, se recrea el patio de una ciudad renacentista, donde se exhiben reproducciones de obras de arte y ambientaciones de la época, que reflejan la cotidianidad de los siglos XV y XVI.
Se podrán observar iconografía y elementos relacionados con la vida en el Renacimiento: una taberna, un mercado y hasta el interior de una casa, para que los visitantes puedan contemplar el panorama económico, artístico y social del movimiento cultural que sacudió el paradigma dogmático y rígido que reinaba en la Edad Media, y en el que vivieron figuras como Miguel Ángel, Leonardo, Rafael y Maquiavelo.
El espacio adaptado por el museo tendrá múltiples propósitos: habrá talleres, visitas interpretativas y espectáculos musicales, así como charlas en torno a la ciencia, economía, política y urbanismo.
“Durante el mes de julio presentaremos una mirada alternativa, complementaria de qué estaba pasando, a la vez que se creaban estas obras de arte en diferentes lugares; qué estaba pasando con respecto a la economía, la vida cotidiana, la arquitectura, la música, el teatro, la literatura y la ciencia”, comentó Silvia Singer, directora del MIDE.
Finalmente, estas tres miradas al Renacimiento lograrán otorgar una mayor comprensión al espectador en cuanto a la época histórica que significó una ruptura cultural y existencial en el mundo occidental, principalmente en Europa y los territorios americanos colonizados. Aun así, el cambio no fue instantáneo, fue parte de un proceso que comenzó siglos atrás y culminó con el fin del feudalismo, el ascenso de la burguesía y el afianzamiento del capitalismo como modelo económico que perdura hasta nuestros días, a pesar de que actualmente se encuentre en decadencia.
Lo interesante de observar el pasado es reflexionar sobre él y concientizarnos del poder que tenemos en el presente para cambiar nuestro futuro. Es decir, aprender de la historia.