Esto es Mozart cierra con broche de oro y da la bienvenida el Festival del Centro Histórico de México
Calificada como una de las obras maestras de Mozart, Don Giovanni se presentó en la Sala principal del Palacio de Bellas Artes con cuatro funciones a finales de marzo, en una coproducción de la Ópera de Bellas Artes y el Festival del Centro Histórico de México, además de formar parte de la programación del festival Esto es Mozart.
La obra se estrenó en el Teatro de Praga en 1787; en 1852 estuvo en México en el Gran Teatro Nacional y en el Palacio de Bellas Artes en 1944.
Srba Dinic fue el director concertador; la puesta en escena estuvo a cargo de Mauricio García Lozano; también participaron el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, con el director huésped del coro John Daly Goodwin.
El increíble diseño de escenografía fue de Jorge Ballina quien, junto con Víctor Zapatero en la iluminación, logró que el escenario se encendiera de una manera impresionante, ya que la tarima de madera en donde transcurrió la historia giraba para dar un toque casi cinematográfico, al igual que una estructura en forma de rombo gigante con espejos suspendida sobre el escenario ofrecía una visión diferente de la acción. Mientras, las luces jugaban con las sombras, logrando un contraste de color y profundidad interesantes.
Las poderosas voces de los artistas atrapan al público desde el principio; la disciplina y concentración de los intérpretes se manifiestan cuando éstos ejecutan a sus personajes en escena; demuestran su talento en cada nota, además de actuar su papel y recordar cada movimiento en el escenario que además es giratorio y que, seguro, no ha de ser nada sencillo lidiar con algo así.
La función se divide en dos actos, con libreto en Italiano de Lorenzo da Ponte. Comienza con una escena intensa: Don Giovanni teniendo relaciones con diferentes mujeres, una tras otra, usándolas como si fueran objetos sexuales. Hay desnudos, sin embargo, el vestuario de Jerildy Bosch, la coreografía y el movimiento escénico a cargo de Gina Paris, sobre el diseño original de Verónica Falcón, lo hacen ver muy sensual.
Leporello, su fiel sirviente encarnado por Armando Gama, le ayuda en sus coartadas y en encontrar mujeres para seducirlas, logrando acostarse con ellas. Lleva un cuaderno con una lista de aquellas que han pasado por su amo en distintos lugares de Europa. Su amo no tiene respeto por nadie, pues comete un asesinato y engaña, sin vergüenza alguna, para obtener su satisfacción.
En su camino, Don Giovanni va dejando a varias mujeres, pero Elvira, quiere vengarse de él por ser tan malvado con ella y con todas las que han estado con él. Hay que resaltar que es un gran seductor y no se le va ni una muchacha, pero justo esto es su desgracia, además de su manera tan testaruda de ser, que lo llevan a la muerte de manera escalofriante.