La obra de Juan Soriano en el Museo de Arte Moderno nos demuestra que el arte se entiende cuando se hace con el corazón.
Sin adoptar una corriente específica, Juan Soriano exploró distintas técnicas y estilos, como el retrato, el arte abstracto, el Renacimiento, la escultura y hasta el teatro, convirtiéndolo en una joya del arte mexicano.
La exposición Juan Soriano 1920-2006, que presenta el recinto de Chapultepec, cuenta con un total de 46 obras, provenientes de colecciones como el Centro Cultural Juan Soriano, Museo Amparo, Museo Soumaya, Club Industriales, el acervo del Museo de Arte Moderno y una de las más importantes, la colección Marek Keller. Esta exhibición es también un pretexto para a manera de homenaje al artista en su décimo año luctuoso
Para entender la trayectoria del jalisciense, es necesario saber y entender que comenzó desde temprana edad. Tenía solamente 14 años cuando, después de recibir su primera caja de pinturas, como regalo de su hermana Marta, montó su primera exposición en el Museo Regional de Guadalajara en 1934, donde casualmente conoció a María Izquierdo y Lola Álvarez Bravo. Después, el niño prodigio viajó a México para involucrarse, también acto de su hermana, con uno de los grupos intelectuales más importantes del país en ese entonces: Los Contemporáneos, para así encontrar la vida artística y cultural que la Ciudad de México tenía que ofrecerle.
Entre sus retratos se encuentran los rostros de Pita Amor, tía de Elena Poniatowska; Xavier Villaurrutia, su hermana Marta, y una serie fúnebre y sumamente hermosa de Lupe Marín. En algunas piezas se podrán observar influencias del arte occidental, como el Renacimiento italiano en especial, donde sus personajes eran producto de inspiración fantástica o mitológica.
Después de un viaje a Roma, Juan Soriano comenzó a experimentar con las artes escénicas en México, convirtiéndolo en el escenógrafo pionero del teatro. Esta etapa se ve expuesta a través de bocetos de los atuendos y escenografías de eventos como el festival Poesía en Voz Alta de 1956. A lo largo de esta etapa, tuvo la oportunidad de convivir con personajes emblemáticos de la literatura mexicana como Juan José Arreola y Octavio Paz, quien decía sobre Soriano: él pinta como habla y habla como pinta: con desenfado, con gracias, con arcoiris con noches y con amaneceres, con desesperación, con alegría, iluminado a ratos y a ratos oscuro, a veces a carcajada, otras aullido, otras serena sonrisa.
Marek Keller, coleccionista y pareja de Soriano, relata que en una visita que realizaron a México hace 40 años, Juan lo llevó al Museo de Arte Moderno y le dijo: “Aquí vas a encontrar lo mejor del arte en México y de la arquitectura”.
“Juan estaba muy orgulloso de su país y de lo que tenía que ofrecer al mundo”, comentó Keller.
La exposición se complementa con la proyección de un documental dirigido por el emblemático Arturo Ripstein, titulado Juan Soriano (Fecit dixit), (2001).
La muestra estará disponible hasta el 31 de julio de 2016.